Elecciones en Norteamérica: Clinton versus Trump

Los negros, en Norteamérica, son un 12% del total de la población (321 millones de habitantes, según censo de enero de 2016) y su “existencia” en el país está unida a la esclavitud, la lucha por los derechos civiles, líderes como Martin Luther King, etc. La elección de Obama como presidente no ha acabado con las, tantas veces, tensas relaciones entre diferentes razas en América, país multirracial donde los haya. Pero supuso un hito muy importante.

En 2016, de nuevo, Norteamérica podría batir otro récord: elegir como presidenta, como jefa de estado, primer ministro y comandante en jefe a una mujer. Nunca hasta ahora mujer alguna había conseguido ser candidata presidencial por uno de los dos grandes partidos (demócrata y republicano). Es un gran logro el haberlo conseguido.

Hillary Clinton lleva 31 meses preparando este momento y toda su vida, al menos su vida política, vinculada o no a su marido, el presidente Bill Clinton. Su trayectoria “apunta maneras”, con un objetivo claro: ocupar la Casa Blanca. Desde muy joven -siendo aún republicana- trabajó como becaria en campañas electorales. Cuando conoció a Bill Clinton, en la Universidad, y ya demócrata, también, colaboró en campañas. Siendo su marido gobernador de Arkansas ella “no se quedaba en casa cuidando no se le quemaran las lentejas”, sino que era su mano derecha en el gobierno del estado. Todavía mayor influencia tuvo en la Casa Blanca, entre 1993 y 2001. Tenía su propio área y equipo en la zona de gobierno de la Casa Blanca, aunque no cerca del Despacho Oval. Por encargo del presidente, preparó una reforma sanitaria que no llegó a ser aprobada por la oposición republicana y que fue motivo de escándalo por hacerlo con secretismo.

La presidencia de los Clinton estuvo llena de escándalos, pero cuando Bill dejó de ser presidente, su índice de aprobación de su gestión era del 68%: la de Bush fue del 30% y la de Obama está, hoy, en el crepúsculo de su presidencia, en el 51%. Bill Clinton sigue siendo el presidente vivo más popular y querido de América. ¿El motivo a pesar de los escándalos? La marcha de la economía bajo su mandato. Entre 1993 y 2001 se crearon 23 millones de puestos de trabajo y el PIB creció por encima del 4%. Había pleno empleo de calidad y oportunidades para todos. Incluso superávit, por vez primera en tres décadas.

Hillary se apoya en este prestigio para construir su campaña en torno a la economía, con el apoyo de su marido y con el del presidente Barack Obama. Hay que tener en cuenta que, cuando Obama es elegido presidente, son despedidos cada mes, durante dos años, casi un millón de norteamericanos. Tras aprobarse el paquete de estímulo económico del presidente, de 787 billones de dólares, las cosas empezaron a cambiar a mejor a partir de junio de 2009. Entre esa fecha y junio de 2016 se han creado 14,5 millones de puestos de trabajo y la economía ha crecido al 2,2%. Los éxitos económicos de Bill Clinton y Barack Obama avalan a Hillary: en ambos casos “ella estaba allí”, en un caso como primera dama, en el otro como secretaria de estado.

Porque la vida política de Clinton no acabó con la presidencia de su marido. Desde el año 2000, fue senadora 8 años por Nueva York. Luego candidata a presidenta, perdiendo frente a Obama, en 2008. Y, con él, durante cuatro años, fue secretaria de estado, viajando por el mundo mucho más que sus predecesores, Condi Rice y Colin Powell. Clinton está sobradamente preparada para ser presidenta y muy buena presidenta. Aunque no caiga bien. ¿Está preparado Donald Trump?

Ciertamente “el Donald”, como le llaman ahora en Estados Unidos, no tiene experiencia de gobierno. No ha ejercido cargo público. No es político profesional. Es un empresario. Sabe negociar. No siempre le ha ido bien, pero siempre ha salido a flote pidiendo créditos o salvándose él a costa de otros (ejemplo: los casinos de Atlantic City o los proyectos inmobiliarios en Nueva York). Trump ha ido a la bancarrota varias veces, pero siempre sale airoso. ¿Sus convicciones? No están claras. Ha cambiado en cinco ocasiones su posición respecto al aborto. Ahora defiende que la mujer que aborta “debe ser castigada”. Dice ser ferviente cristiano y conocer la Biblia bien, pero no es capaz de citar ningún pasaje de las Sagradas Escrituras. Hasta hace poco despreciaba a los gays. Ahora se acerca a ellos. Ha alienado, con sus insultos, a hispanos, negros, mujeres, judíos, católicos, evangélicos…, pero tiene un 35% del electorado. Si toda la familia republicana se une en torno a él, podría tener alguna posibilidad frente a Hillary. Aunque hoy, las encuestas, dicen que ella será la primera presidenta de la historia.

Jorge Díaz Cardiel. Socio Director de Advice Strategic Consultants. Ha sido director general de Ipsos Public Affairs, Porter Novelli International y Brodeur Worldwide. Director de marketing de Intel y de Relaciones con Inversores en Shandwick Consultants. Autor de una docena de libros: Obama y el liderazgo pragmático, La reinvención de Obama, La victoria de América, Recuperación económica y grandes empresas, Éxito con o sin crisis, entre otros. Ha publicado más de 5.000 artículos sobre economía y relaciones internacionales. Es consultor del IBEX-35.

 
Portada
Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato