Recetas de las grandes empresas para crecer y crear empleo

Mucho se ha avanzado en el proceso de salida de la crisis: España lleva cinco trimestres creciendo en positivo con leve creación de empleo. Pero queda mucho por hacer, y las Grandes Empresas Españolas hacen propuestas concretas para crear un modelo productivo más sostenible, como reflejamos en esta tribuna.

El mes pasado, noviembre, el Consejo Empresarial para la Competitividad, que agrupa a las principales empresas de España, presentó su nuevo informe con medidas concretas para afianzar el crecimiento económico y acelerar la creación de empleo.

Este informe, propone unas  medidas agrupadas en 9 campos que crearían 2,3 millones de empleos en cuatro años, situando la tasa de paro en el 10,3% en 2018, menos de la mitad de la actual del 23,67%. Vamos a destacar algunos de esos factores de éxito empresarial.

Entre las empresas que forman parte del Consejo están Telefónica, La Caixa y El Corte Inglés, entre otras, como ya digo. El Presidente del Consejo es César Alierta, también presidente de Telefónica. La Caixa está representada por su presidente, Isidre Fainé. El Corte Inglés, tras el fallecimiento de su anterior presidente, cuenta con el actual, Dimas Gimeno, en el Consejo. Es interesante destacar empresas y nombres, por varios motivos: por un lado, según el Estudio Advice de éxito empresarial, son las empresas más exitosas de España. Y sus líderes empresariales están entre los mejor valorados del país. Estos hechos dan una gran credibilidad al informe con recomendaciones para que España crezca de manera sólida y creando empleo.

Téngase en cuenta, por ejemplo, que Telefónica, empresa que más invierte en investigación y desarrollo; es una “telco digital” que marca el camino a seguir hacia la Sociedad del Conocimiento. Con su oferta integral “Fusión” ha revolucionado un mercado esencial para la economía española como es las Telecomunicaciones.

La Caixa ha desarrollado un modelo de banca sostenible. Ha convertido su banco, CaixaBank, en el primero del mercado español, y en el más innovador tecnológicamente del mundo. Su Obra Social es ejemplo y referente de Responsabilidad Social Empresarial en toda Europa, y ha hecho la vida más llevadera a millones de personas durante estos años de crisis. También es referente para pymes y autónomos, en nuestro país.

El Corte Inglés es termómetro de la economía, con sus centros comerciales y con su plataforma de comercio electrónico. Sus resultados económicos, los de su último año fiscal, han sido buenos, coincidentes con el incremento de la demanda interna, el consumo y la inversión. El Corte Inglés es baluarte de trabajo, al ser el primer empleador de España.

Con estos mimbres, las empresas del Consejo Empresarial para la Competitividad tienen la autoridad para hacer propuestas que afiancen el crecimiento económico y la creación de empleo. Sus recomendaciones se articulan en torno a varios parámetros. Destacamos algunos de ellos.

Primero, el entorno institucional

 

El informe del Consejo Empresarial para la Competitividad (CEC) dice que de los 3,2 millones de empresas existentes en España, sólo 24.000 son medianas (más de 50 empleados) y 3.800 son grandes compañías (plantilla superior a 250 trabajadores). El INE cuantifica en un 0,12% el número de grandes empresas, versus el 99,88%, que son pymes, de un total de 3.142.167.

El CEC sugiere que una de las claves para la creación de empleo es que el tejido empresarial gane tamaño, que se creen más empresas, y que éstas y las ya existentes, cuenten con un marco que las facilite ganar tamaño. A medida que son más grandes, explican las grandes empresas, las compañías exportan y se internacionalizan más, y se vuelven más innovadoras, productivas y competitivas. Y, por consiguiente, generan más empleo.

Las empresas de nuestro país tienen un déficit de tamaño porque sólo el 0,12% son medianas y grandes, mucho menos que el promedio de Alemania, Francia e Italia, que es del 1,5%.

El CEC se marca como objetivo alcanzar una estructura empresarial semejante a la de los países europeos de referencia, lo que supone prácticamente duplicar el número de compañías grandes, de más de 250 empleados; y aumentar un 60% el número de firmas medianas, las que emplean entre 50 y 250 trabajadores. Nuestro país debería sumar a las 27.800 empresas medianas y grandes de la actualidad, 15.000 más. "Si España alcanzara el tamaño medio empresarial de Alemania, sería un 15% más productiva", se afirma en el informe del CEC.

De alcanzar esa meta, habría un efecto directo en la creación de empleo, generando más de 400.000 puestos de trabajo. Además, situarse en 2018 entre las posiciones 10 y 20 del Ranking Doing Business de países (del World Economic Forum 2014), en el que España ocupa ahora el puesto 52, supondría una clarísima mejora en la productividad, el empleo y PIB a largo plazo.

Para conseguir estos objetivos, es necesario un marco institucional que elimine barreras legales (laborales y regulatorias); mejorar las condiciones financieras y fiscales a las que se enfrentan las empresas, fomentando las fusiones y adquisiciones de compañías, y la transferencia tecnológica, lo que permitirá impulsar la cultura del crecimiento y la innovación. También la reducción de trabas administrativas y la aplicación efectiva de la Ley de Unidad de Mercado. Y proponen desarrollar plataformas para que las pymes contraten servicios tecnológicos y cursos de mejora de la calidad en la gestión.

El informe señala que aunque sólo hay 15 de países con un PIB superior a España; los que nos superan en competitividad global son el 25, mismo número que nos adelanta en calidad institucional, 32 en libertad económica, 34 en el ranking Doing Business, y 41 en transparencia institucional.

Para mejorar en estos indicadores hay que mejorar el marco regulatorio, la calidad del sistema educativo, la capacidad de innovación y disminuir la fragmentación empresarial.

Segundo. Internacionalización de las empresas

Tras la mejora en 2013, el informe concluye que es indispensable dar continuidad al papel de las exportaciones como motor de crecimiento económico porque ejercen una función crucial como palanca de desendeudamiento y base del modelo de desarrollo futuro. Las exportaciones supusieron el 34% del PIB en 2013, y fueron su gran contribuidor al crecimiento económico. El presidente de Telefónica y del CEC, César Alierta, ha destacado en los últimos dieciocho meses, el espectacular crecimiento de las exportaciones que se ha producido, y que España puede sorprender de nuevo en el panorama internacional, como uno de los líderes mundiales en este terreno.

El reto es, señala el Consejo Empresarial para la Competitividad, conseguir que las empresas que comenzaron a vender al exterior en los últimos años se consoliden como compañías exportadoras. El informe señala que de las 151.000 empresas que exportaron en 2013, 41.000 lo hacen de forma continuada (durante cuatro años consecutivos).

Y se marca el reto de aumentar en un 80%: de 41.000 a 76.000 (+35.000) el número de empresas que exporta con regularidad de aquí a 2018, lo que supondría crear más de 700.000 puestos de trabajo.

Este crecimiento de la actividad internacional de nuestras empresas se consigue, señala el CEC, siendo competitivas en precios, con competencia en los mercados exteriores, con fuentes de financiación, con un mayor tamaño de las compañías, y con el tratamiento fiscal a la inversión extranjera directa (IED).

Además, los beneficios de un aumento del tamaño de las empresas y del crecimiento de su actividad internacional ejercen un efecto de arrastre sobre las pymes. El número de empresas que trabajan con una compañía aumenta a medida que ésta es más grande. Como ejemplo, según datos de PricewaterhouseCoopers recogidos en el informe del CEC, las multinacionales españolas que forman este Consejo Empresarial tienen casi 320.000 empresas proveedoras, el 26% de ellas españolas y generan un volumen de negocio  estos proveedores españoles de 71.900 millones de euros.

Tercero. Mejora del nivel educativo

Aumentar los niveles de la educación podría generar más de 200.000 empleos a medio plazo y beneficios aún mayores a largo plazo, señala el informe del CEC. En el estudio se analiza el círculo vicioso que se produce en España entre el nivel de formación de la población, la inadecuada legislación laboral y el elevado fraude de la economía sumergida, que penalizan el funcionamiento del mercado de trabajo.

Esto explica que el paro en España esté cercano al 24%, versus un 10,9% en la Unión Europea; que el desempleo juvenil se sitúe en nuestro país en el 53%, por contraste con el 23% de la UE; y que el paro de larga duración sea el 11% en España, frente al 4% en la Unión.

Además, sólo el 5% de los jóvenes españoles, destaca el informe, estudia y trabaja al tiempo, tres veces menos que en la UE. Y el 25% ni estudia ni trabaja, 10 puntos más que la media de la OCDE.

El informe destaca que hay que corregir situaciones como que el 40,7% de la población en nuestro país sólo tenga estudios de Primaria mientras que la media en la Unión Europea es el 24,7%. Porcentaje que se eleva entre los parados al 55% en España, mientras que en la UE es sensiblemente inferior, del 38,5%.

Hay que aumentar la empleabilidad de los trabajadores a través de la formación, señala el CEC, y “avanzar hacia un modelo laboral basado en la flexiseguridad, con mejoras en la negociación colectiva y una conexión entre salarios y productividad”.

Porque el cambio de modelo productivo hacia uno menos dependiente de la demanda interna y más basado en las exportaciones requerirá una cualificación especializada de la mano de obra que hoy un buen porcentaje de trabajadores no tiene. Ahora, por ejemplo, sólo el 5% de los adultos tiene un nivel máximo en comprensión lectora, la mitad que en la UE.

Para conseguir esta mejora educativa, hay que lograr una mayor eficiencia de los recursos destinados a la educación. El Consejo Empresarial para la Competitividad propone concentrarlos especialmente en las etapas de Infantil y Primaria, y aumentar progresivamente el gasto en educación para acercarlo al promedio de la OCDE, que es el 6,2% del PIB. También incrementar también las becas y usar medidas como el cheque escolar para las familias. Además, introducir mayor competencia entre escuelas, dotarlas de un mayor grado de autonomía y vincular las retribuciones a la consecución de resultados. Asimismo, potenciar la formación dual y la orientación preuniversitaria.

El informe también propone mejorar la eficacia de las políticas activas para la empleabilidad de los parados; reforzar la meritocracia y el desarrollo de habilidades no cognitivas; y un mayor uso de las tecnologías digitales.

Cuarto. Economía del conocimiento

Los principales retos a los que se enfrenta nuestro país para acelerar la economía del conocimiento son el fomento del desarrollo científico y tecnológico y del espíritu empresarial, proyectando una marca España industrial sólida; y el impulso de una mayor inversión en I+D, clave para la generación y acumulación de conocimiento y capital tecnológico en la economía.

El Consejo Empresarial para la Competitividad, la Fundación Telefónica, La Caixa o la empresa tecnológica de referencia para las Pymes, Sage, lo han puesto de manifiesto en sus informes. En el caso de ésta última, se destaca en la Radiografía de la Pyme Sage 2014, que las empresas dan un peso del 7,6 (en escala 1 a 10) a las Tecnologías de la Información (TIC), como elemento imprescindible para mejorar su gestión empresarial.

El informe del CEC apunta que, en el año 2018, la inversión en I+D debería alcanzar el 3% del PIB frente al 1,3% actual, y que, al menos dos terceras partes de esa inversión, sea privada. Además, se fijan como objetivos fomentar la implantación de servicios digitales en pro de la eficiencia, revisar la actual aplicación de la ley de competencia europea, asumiendo que se necesita mayor escala para ser más competitivo, y aumentar al menos hasta el nivel medio de la UE-15 la inversión en intangibles, que ya forman parte del PIB de algunos países, como Estados Unidos.

Se consideran intangibles la información digitalizada, como software y datos; la propiedad de la innovación (I+D, diseño y nuevos productos o servicios); y competencias económicas (marca, investigación de mercado y formación empresarial).

En este sentido el informe subraya las políticas de los países anglosajones como el modelo a seguir: Estados Unidos ya invierte en intangibles dos veces lo que lo hace en bienes tangibles y el Reino 1,5 veces; mientras que la UE se queda en 0,8 veces y España en 0,5 veces. Es decir, nuestro país sigue invirtiendo en tangibles el doble que en intangibles.

El informe del CEC explica, además, que la aportación de la economía del conocimiento al desarrollo necesita actuaciones en cuatro ejes clave: “impulsar el desarrollo industrial en clave digital; incorporar técnicas digitales en la comercialización; transformar el modelo educativo para capacitar a las personas en las nuevas competencias; y acelerar la ejecución de la Agenda Digital”, en la que las telecomunicaciones tienen un papel fundamental: el despliegue de fibra óptica por parte de Telefónica (que tiene el 94% de este mercado) aporta un 1% de PIB a una década vista, en España, por ejemplo, según estudios de la OCDE, el FMI, Advice Strategic Consultants o el World Economic Forum.

El CEC concluye que, si se logran equiparar en 2018 estos indicadores a las mejores prácticas de los socios europeos, se conseguiría un impacto equivalente al 1,5% del PIB, que se trasladaría a una creación neta de empleo de 130.000 puestos de trabajo por año.

Otras medidas impulsadas por el CEC son una nueva política energética: El Consejo Empresarial para la Competitividad destaca en su informe que con una contribución directa del 3,1% al PIB y del 2,5% al empleo nacional, el sector energético es un pilar básico para el crecimiento económico y para la generación de puestos de trabajo. El papel de empresas que, como Gas Natural Fenosa apuestan por energías no contaminantes, como el gas natural, es esencial. Y garantiza que, con el gas, se dará suministro a las futuras generaciones de españoles.

También, el desarrollo de las Infraestructuras: En el informe se señala la posición privilegiada de nuestro país en cuanto a infraestructuras de transporte, situándolo como el 6º a nivel mundial. Destaca en este campo la multinacional española Abertis, con el mayor número de kilómetros de autopistas del mundo, gestionadas por una empresa privada.

El séptimo ámbito de mejora es la Financiación, principal preocupación de las pymes (el 27%, según la Radiografía de la Pyme de Sage 2014). En octavo lugar está la lucha contra el fraude laboral y fiscal (economía sumergida: en España se estima en torno al 23% del PIB -unos 230.000 millones de euros-, lo que equivale a aproximadamente 4 millones de empleos equivalentes, suponiendo  una tasa muy superior a la de otros países de la Eurozona, como Alemania (15%), Francia (15%) y Holanda (11%).

Por último, el ajuste fiscal. El informe señala que sus medidas mejorarían 3,7 puntos porcentuales el saldo fiscal, situando la deuda por debajo del 90% del PIB en 2018 y alcanzando un superávit público del 2,6% en esa fecha, en lugar del déficit del 1,1% previsto.

Lo decíamos al principio: España ha avanzado mucho en el último año y medio. Pero aún queda bastante camino que recorrer.

Jorge Díaz-Cardiel, Socio Director General de Advice Strategic Consultants. Autor de Éxito con o sin crisis, La Reinvención de Obama y Obama y el liderazgo pragmático, entre otras obras.

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