Telefónica, banco de pruebas de la “Telco Digital”

En España, el sector tecnológico o TIC lo componen varios segmentos de empresas: las de telecomunicaciones (operadoras y proveedores, bien de hardware, software, conectividad, servicios), las llamadas compañías informáticas tradicionales, que venden ordenadores, tabletas, impresoras etc, tanto para el mercado corporativo como para el de pymes y hogares; y la electrónica de consumo. En nuestro país, el 95% es venta, comercialización y un 5% es fabricación. 

En teoría, las tecnologías de la información están vinculadas a la innovación tecnológica -que no hay que confundir con la innovación empresarial, concepto más amplio-, pero España dedica solo un 1,29% de su PIB a la Innovación (I+D), versus el doble de la Unión Europea o el triple de Estados Unidos. De hecho, el sector TIC, clave para explicar el éxito de la primera economía del mundo, Estados Unidos, en España ha perdido dos puntos porcentuales en cuanto a su peso en el Producto Interior Bruto durante la crisis, pasando del 10,4% al 8,4%, dejando en el camino 100.000 puestos de trabajo. Telecomunicaciones supone el 90% de todo el sector tecnológico en España, siendo además una empresa nacional, Telefónica de España, la tercera empresa tecnológica y la primera compañía de telecomunicaciones del país.

En Estados Unidos hay un sector muy fuerte, llamado meta sector tecnológico, (del que hablé en mis obras Éxito con o sin crisis, en 2013 y Recuperación Económica y Grandes Empresas, 2015) representado, esencialmente, por las cuatro empresas más grandes de Estados Unidos (capitalización bursátil, ventas, facturación), que son Apple, Google, Facebook y Amazon. Son un meta sector, ya que, aunque cada una de ellas empezó dedicándose a una cosa concreta -Apple, a los ordenadores; Google, a su motor de búsqueda en Internet; Facebook, red social; Amazon, venta de libros a través de Internet-, hoy hacen de todo y ofrecen de todo. Están en hardware, software, conectividad, Internet, venta retail, gran distribución, telecomunicaciones, contenidos, servicios…, el listado es infinito-.

En España, su peso es pequeño, desde el punto de vista empresarial, porque solo tienen pequeñas filiales de ventas que pagan sus impuestos en Irlanda. Como los colonos con los indios, les interesa vender a los españoles “espejuelos” a cambio de nuestros ahorros y, al final, acabamos todos con un iPhone de 800 euros en el bolsillo, accedemos a Internet a través de Google, pertenecemos al segundo país de la tierra, Facebook, con 1.300 millones de habitantes (el primero es China, con 1.500 y el tercero es India, con 1.200) y el comercio electrónico, a razón de 5.000 millones de ventas trimestrales en 2016, acabará el año suponiendo el 15% de las ventas totales de las empresas en España.

En Estados Unidos, las operadoras de Telecomunicaciones están asustadas, porque ven cómo esas empresas les han pasado por la izquierda y utilizan sus redes para ofrecer sus contenidos, sin que las operadoras puedan rentabilizar ese servicio. Es lo que llevó a Verizon a comprar AOL -pionera en Internet, pero perdedora en el mercado- y ahora Yahoo! Pero esto es, pan para hoy y hambre para mañana. Primero, porque lo que ha comprado Verizon apenas tiene valor (ejemplo: en el año 2000, Yahoo! valía 125.000 millones de dólares y hoy se ha vendido por 4.800 millones). Segundo, porque el orden de los sumandos no altera el producto: junta miseria y acabarás con miseria.

 Telefónica de España, exitoso banco de pruebas de la Telco Digital

En este contexto, el ejemplo de Telefónica de España, que dirige un señor que no conozco, Luis Miguel Gilpérez, está siendo mucho más exitosa que la de Verizon en Estados Unidos, o la de Orange, Vodafone, Deutsche Telecom en Europa. En lugar de sumar aditamentos que hay que pegar con pegamento (el ripio no es a propósito, ni pretendo ser poeta), Telefónica de España ha apostado por desarrollar todo lo que hacen todas las empresas tecnológicas del mundo dentro de casa: Internet de las Cosas, Big Data, Digitalización, Desarrollo de Contenidos, Cloud, hardware, software, conectividad, servicios, etc. Además, apuesta por la televisión como producto estrella: la televisión 4K o de mayor definición, al tiempo que la provee de contenidos propios -series, películas, etc, como si de una productora se tratara, porque de eso se trata. Competiría, por tanto, con Netflix y HBO en Estados Unidos, por ejemplo, y con Atresmedia y Mediaset, entre otros jugadores del mercado en España.

De hecho, Telefónica no ha dejado de crecer en la televisión de pago en los últimos años, como lo hizo con la fibra hasta llegar a 20 millones de unidades inmobiliarias. Cerró operaciones de relevancia, como la compra de DTS, matriz de la antigua Canal+, reconvertida posteriormente en Movistar+. La operadora digital cerró junio con 3,8 millones de accesos de televisión de pago en España, un 4% más que en la misma fecha de 2015.

De manera análoga, Telefónica reorganizó DTS, creando dos grandes áreas, una de comercialización y otra de producción, creando una gran productora para todo el grupo. Además, la empresa ha hecho una fuerte inversión en la compra de derechos televisivos de fútbol, baloncesto, Moto GP y Fórmula 1, entre otros.

 

Mi padre trabajó toda su vida en una empresa llamada Standard Eléctrica, empresa española dedicada a la fabricación y montaje de equipos de conmutación y aparatos telefónicos. Su cliente único era Telefónica de España. Y mi padre trabajó para esa empresa durante 38 años, hasta que se jubiló. Standard Eléctrica, que fabricaba los teléfonos fijos que mi padre diseñaba, se convirtió en filial de ITT, después de Alcatel y hoy es Alcatel-Lucent, aunque su negocio actual no tiene nada que ver con el que vivió mi padre quien, con Telefónica de España, vio la segunda y tercera revoluciones industriales y yo, su hijo, vivo la cuarta revolución industrial: por eso, Telefónica de España -cuyo lema es “elegimos todo”- ya no es una operadora de telecomunicaciones, sino una Telco Digital, como la definieron César Alierta, José María Álvarez-Pallete y el señor que no conozco, Luis Miguel Gilpérez, aunque le citaré en mi próximo libro, como caso de éxito: “Grandes Empresas Españolas y la Innovación como factor del éxito empresarial” (Eiunsa, 2016). Pero esto es otra historia y otra tribuna de opinión.

Jorge Díaz-Cardiel. Socio Director General de Advice Strategic Consultants. Economista, Sociólogo, Abogado, Historiador, Filósofo y Periodista. Ha sido Director General de Ipsos Public Affairs, Socio Director General de Brodeur Worldwide y de Porter Novelli International; director de ventas y marketing de Intel Corporation y Director de Relaciones con Inversores de Shandwick Consultants. Autor de más de 5.000 artículos de economía y relaciones internacionales, ha publicado más de media docena de libros, como La victoria de América, Éxito con o sin crisis y Recuperación Económica y Grandes Empresas, Obama y el liderazgo pragmático, La Reinvención de Obama, Contexto Económico, Empresarial y Social de la Pyme en España, entre otros. Es Premio Economía 1991 por las Cámaras de Comercio de España.


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