Nace el primer banco de España, CaixaBank y el más socialmente responsable

Sucursal de CaixaBank.
Sucursal de CaixaBank.

La nueva CaixaBank, fruto de la adquisición de Bankia, nace oficialmente el viernes 26 de marzo de 2021. Hito histórico para una entidad con 117 años de historia. CaixaBank se convierte en el primer banco español y, junto a BPI, su filial portuguesa, en la primera entidad financiera de la península ibérica. 

Ya antes de la fusión por adquisición a Bankia, CaixaBank era primer banco de España en banca minorista (particulares) y banca digital. En el primer caso, más de 15 millones de españoles eran ya clientes de CaixaBank (30% cuota de mercado) y, en cuanto a la banca digital, el 67% de los que usan servicios financieros en España lo hacen a través de CaixaBank. De alguna manera significa unir dos extremos: el del individuo normal y corriente y el que algunos considerarían más sofisticado. 

Hay otra forma de explicarlo. CaixaBank tiene la plataforma omnicanal más importante de la banca española. La omnicanalidad es la tendencia más fuerte en la nueva economía del conocimiento, la digitalización y la transformación digital: CaixaBank tiene más de 35.000 empleados (a cierre de 2020), mayor número de oficinas y mayor número aplicaciones digitales para hacer banca por Internet, en movilidad o en el ordenador y tableta. Incluso tiene un banco para jóvenes, imaginBank y otro para personas y pymes con menos medios y más necesidades, MicroBank. 

En 2020, CaixaBank fue el banco que obtuvo más beneficios (más de 1.300 millones de euros; en realidad fue mucho más, pero el banco dedicó más de mil millones a provisiones para tener un colchón y protegerse ante las circunstancias económicas adversas consecuencia de la pandemia y la recesión). Y su cartera crediticia es la mayor de España, con más de 350.000 millones de euros en créditos concedidos, especialmente a familias y pymes. En el caso de estas últimas, en 2020, CaixaBank puso en marcha líneas de crédito específicas para sectores de actividad esenciales para la economía española que lo estaban pasando mal, como el Turismo: el año pasado supuso 6,9% del PIB versus el 13% de la última década. Un millón de trabajadores de la hostelería están en ERTE. Aun así, CaixaBank es el banco con menos morosidad de España. 

La suma de activos de CaixaBank y Bankia da lugar a un gigante nacional con 650.000 millones, por encima de Santander, BBVA, Sabadell y Bankinter. El tamaño es importante, dicen en América. Otros países tienen entidades financieras más grandes que las españolas, lo que hace que las nuestras sean más vulnerables a compras no deseadas, como hemos visto sucedió en el sector energético. Además de crear un campeón nacional, la compra de Bankia resuelve un problema grande al estado español, a la Unión Europea y, sobre todo, a los españoles. Recordemos que, con la Reforma Financiera de 2012, España pasó de 95 entidades financieras a 18. Las cajas de ahorros se convirtieron en bancos o en fundaciones. 

Bankia recibió 42.000 millones del MEDE para ser rescatada. La alternativa era la quiebra. A cambio, el estado español se convirtió en su principal accionista, hoy, con más del 62% de la propiedad. Esos 42.000 millones (de un total de 60.000 que utilizó el gobierno de entonces, a quien Europa dijo que podía llegar a usar 100.000 millones y en este Confidencial Digital lo contamos entonces) es un dinero que el estado español tiene que recobrar. Y, entre 2012 y 2020, no se han recuperado ni 4.000 millones de euros: peccata minuta o casi nada. Por eso, Nadia Calviño, ministra de economía de España fue favorable a la fusión por adquisición desde el principio: “con CaixaBank, será más fácil recuperar las ayudas”, dijo. En la nueva CaixaBank, el estado tendrá 16% del capital a través de FROB y CaixaBank entorno al 30%: el lunes 29 de marzo, las acciones de la nueva CaixaBank cotizarán en el IBEX-35.

La compra de Bankia por CaixaBank es un proyecto impulsado por Isidre Fainé, presidente de la Fundación La Caixa, primer accionista de CaixaBank con un 40% del capital y, desde mañana, con el 30% que dijimos antes. Es lógico, por tanto, que la entidad compradora mantenga el control de los órganos de gobierno: todos los miembros del comité de dirección de CaixaBank serán de CaixaBank y tres proceden de Bankia. El presidente será José Ignacio Goirigolzarri, que ya lo era de Bankia y, anteriormente, CEO de BBVA. El hombre que llevará las riendas de la gestión en el día a día será Gonzalo Gortázar, Consejero Delegado, CEO, hombre con experiencia financiera internacional y muy orientado a resultados. 

Lo más importante es el alma del nuevo banco, el espíritu que lo anime. Si nadie dice lo contrario, imperará “el alma de La Caixa”. Es decir, un modelo de banca sostenible y socialmente responsable, que se guía por criterios de Responsabilidad Social Empresarial, en buena parte (o toda) por influencia de su principal accionista, Fundación La Caixa que, aún teniendo un holding financiero e industrial (Criteria Caixa) está orientada a programas sociales, a los que dedicó 502 millones de euros en 2020: educación, integración laboral a colectivos desfavorecidos, cierre de la brecha digital, acompañamiento personal y espiritual a enfermos terminales, investigación médica contra el cáncer y el sida y coronavirus; asistencia nuestros mayores, preocupación por la infancia, siempre vulnerable y más aún cuando es pobre. Los dividendos que las empresas del holding Criteria Caixa proveen a Fundación La Caixa sirven para financiar todas estas obras sociales.

El deseo de todos: sociedad, empleados, clientes, etc, es que la nueva CaixaBank se siga guiando por los criterios de gobierno de responsabilidad social que le han hecho ganarse la confianza de los españoles.

 
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