José Apezarena

Rajoy, Sánchez, Rivera, Iglesias... ¿van a mentir al rey?

Felipe VI se apresta a iniciar las consultas con los partidos parlamentarios. Objetivos de este proceso: primero, conocer los apoyos que tienen (o creen tener) quienes pretendan optar a la investidura; segundo, preguntar a todos y cada uno cuál será el sentido de su voto en función de los posibles candidatos.

El rey podrá tomar una decisión fundada, es decir, proponer a uno de los líderes que intente ser presidente del Gobierno, solo en el supuesto de que los visitantes de La Zarzuela respondan diciendo la verdad. ¿Lo harán?

¿Va a contarle Mariano Rajoy que, aunque parezca ahora que sólo cuenta con sus 137 diputados, en realidad tiene una promesa oculta de Albert Rivera de que sumará sus escaños en la segunda votación, hasta alcanzar los 169? ¿Y que ha recibido garantías de los nacionalistas (o en su caso, de socialistas) de que se abstendrán?

¿Y Rivera confesará que tiene intención de sumar sus diputados a los del Partido Popular en el segundo pleno? ¿Incluso aunque sospeche (porque pruebas no tiene) que los nacionalistas están votando bajo cuerda al PP, como ocurrió en la elección de la Mesa del Congreso?

Pedro Sánchez ¿admitirá que, si bien públicamente afirma que mantiene el no (haciendo así casi imposible la nominación de Rajoy), lo cierto es que en el último minuto aportará la abstención de algunos de sus diputados? ¿O le contará que el no es definitivo aunque ello represente volver a celebrar elecciones generales? ¿Se auto propondrá para intentar la investidura, en el caso de que el líder del PP fracase? ¿Con qué apoyos, en tal supuesto?

Y los nacionalistas catalanes y vascos, ¿admitirán que ahora están votando con el PP (no hace falta que confiesen a cambio de qué contrapartidas), y que sumarán sus abstenciones para permitir a Rajoy convertirse en presidente del Gobierno?

En el caso de Pablo Iglesias, dadas sus posiciones y la previsibilidad del voto, y que en el PSOE nadie apuesta por ese "Gobierno progresista de izquierdas", casi dará igual lo que responda porque no cuenta en esta batalla.

No estoy seguro de que Rajoy, Sánchez, Rivera e Iglesias vayan a ser absolutamente francos con el rey. No me fío de que sean capaces de desvelar sus estrategias más ocultas, sus intenciones, lo que de verdad están planeando o piensan hacer.

Eso quiere decir que Felipe VI tendrá que tomar una decisión tan delicada basándose en la credibilidad que le merezcan cada uno de los visitantes, en la información propia que haya podido recoger, y en el consejo que le den sus asesores, junto con el olfato y el instinto político que haya desarrollado. Y, por supuesto, cruzando los dedos. Y hasta rezando.

 

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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