José Apezarena

Con la que está cayendo en Cataluña, ¿a qué espera Pedro Sánchez?

Quim Torra y Pedro Sánchez, en La Moncloa.
Quim Torra y Pedro Sánchez, en La Moncloa.

Cataluña se encuentra patas arriba. La comunidad autónoma se halla desgobernada, consecuencia de un Ejecutivo al que solamente le interesa la causa del independentismo. Eso lo condiciona todo, incluyendo las cuestiones más básicas de la vida de los ciudadanos. Por ejemplo, la sanidad.

Como resultado, protestas de todo signo han ocupado estos días las calles de Barcelona. De personal de la sanidad pública, pero incluyendo colectivos tan significados como los bomberos.

Al mismo tiempo, la violencia de los CDR campa a sus anchas, sin que nadie ponga coto. Al contrario, los Mossos d'Esquadra se han visto desautorizados por sus propios mandos cuando han tratado de restablecer el orden y de evitar agresiones a otros grupos, como ocurrió en la última manifestación de Vox.

Así, los extremistas han podido cortar carreteras y autovías, bloquear entradas y salidas, descerrajar casetas de control, sin que nadie se les resistiera.

En una parte del territorio español, la ley no es la última razón de funcionamiento, y la amenaza y la agresión se imponen. Los funcionarios del Estado huyen de allí.

Un territorio donde sus dirigentes parecen desear que la violencia siga creciendo, a la vista de que han puesto como modelo de proceso de independencia lo ocurrido en la república balcánica de Eslovenia. Un proceso con muertos.

Ante esa Cataluña desgobernada, ¿qué hace el Gobierno de la nación? ¿Qué medidas ha tomado, para garantizar la normalidad, para devolver la tranquilidad a una población maltratada, para que el tráfico discurra sin obstáculos? Nada. Se ha puesto de perfil.

El Partido Popular le ha llegado a reclamar que tome el mando de los Mossos, primero pensando en los ciudadanos, pero incluso también para proteger a la propia policía autonómica de sus jefes políticos.

Y, en esa situación, ¿dónde está Pedro Sánchez, presidente del Gobierno? La respuesta es: o cerrando los ojos encerrado en su despacho, o de viaje fuera de España. Estas últimas horas, asistiendo en Marrakech a una cumbre de la ONU sobre emigración.

 

¿Por qué la inactividad? Porque sigue siendo prisionero, rehén, de los votos independentistas que le mantienen en La Moncloa. Y, mientras crea que puede continuar sentado en el sillón, se cuidará muy mucho de molestar a sus socios.

Pero, ¿hará alguna vez algo Sánchez en relación con Cataluña? Algo hará. En el momento adecuado.

Lo hará cuando tenga decidido convocar elecciones generales. Probablemente será entonces cuando anuncie la aplicación del artículo 155. ¿Por qué una medida tan extrema en ese momento? Para intentar borrar la triste historia vivida hasta aquí, que, por cierto, tan caro ha pagado el PSOE en Andalucía.

Y para, con ese gesto de "patriotismo", de "autoridad", robar votos a rivales como Ciudadanos, el PP y, si hiciera falta, hasta a Vox.

¿A qué espera Pedro Sánchez? A que, en vísperas electorales, la visualización aparatosa de una ruptura con el independentismo le vuelva a llevar a La Moncloa. Y no está mal pensado.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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