José Apezarena

Hoy se ha suicidado un joven en España. Y mañana lo hará otro. Y pasado otro

Hospital de Madrid.
Hospital de Madrid.

Cada día se suicidan en España diez personas. Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, facilitados en 2017 pero que corresponden a 2015, cifran en 3.602 las personas que se causaron la muerte. Tres de cada cuatro son varones y el resto mujeres.

Estamos entrando en una cuestión tabú, de la que no se quiere hablar. Pero el suicidio es, desde hace muchos años, la principal causa de muerte no natural en España: más del doble que los accidentes de tráfico (fueron 1.830 en 2017) y 64 veces más que la violencia de género (56 muertes el año pasado). Y multiplica por seis la cifra de personas fallecidas en accidentes de trabajo (618 el año pasado). 

La Dirección General de Tráfico invierte miles de euros en campañas para rebajar la siniestralidad en las carreteras. Las muertes por violencia de género forman parte de la espina dorsal de todo un ministerio (el de Igualdad), y provoca movilizaciones, manifestaciones, y hasta la creación de un teléfono especial. Los accidentes de trabajo obsesionan a las mutuas y a los sindicatos, que se esfuerza igualmente por reducirlos mediante acciones de concienciación. ¿Y los suicidios? ¿Importan a alguien?

Sólo en lo que llevamos de siglo, en España se han producido 55.000 suicidios. En el mundo, causa más muertes que las guerras y los homicidios juntos.

En nuestro país, el suicidio es la primera causa de muerte entre varones de 15 a 29 años, y la segunda, después de los tumores, en mujeres de esas edades.

En España, los hombres jóvenes "se mueren por suicidio", asegura el psicólogo Andoni Anseán, presidente de la Sociedad Española de Suicidología,. Pero ese dato no sale en los medios: "Nadie quiere ver el elefante que tenemos en la habitación", dice.

Los expertos no han dado con los porqués. Se creía que el motivo de los últimos aumentos era la crisis económica, para las cifras actuales lo desmienten. "Estamos despistados respecto a la causa", reconoce Anseán.

Este experto considera el suicidio "un problema de salud pública, que se lleva por delante a muchísimas personas al año". Las administraciones "podrían hacer mucho más, porque se hace bastante poco. Es una asignatura pendiente".

Anseán reclama al Ministerio de Sanidad una estrategia de prevención del suicidio en el Sistema Nacional de Salud, "al igual que existen otras estrategias para otros asuntos, como la violencia machista". Aunque ha admitido que "de momento, no parece que se vaya a elaborar".

 

Recuerda que detrás de un suicidio "siempre hay sufrimiento", y ha indicado que en muchos casos también se detecta un trastorno mental, diagnosticable, en un 60% de los casos, como depresión. En menores de 15 años, "pueden estar relacionados con sufrir acoso escolar o no. Hay muchos más motivos por los que sufren los chavales".

Frente a otras teorías periodísticas, considera que los medios de comunicación deben informar sobre los suicidios, sin temer que produzcan "efecto llamada". La Organización Mundial de la Salud elaboró en 2010 una guía sobre la forma de informar: sin fotos, sin dar detalles sobre la forma de morir... "Lo que mata es silenciar el suicidio", concluye Anseán.

Según las estadísticas, pues, 310 niños y jóvenes menores de 30 años se quitaron la vida en un año. Prácticamente uno cada día. Así pues, hoy se ha suicidado uno. Mañana lo hará otro. Y pasado, otro. Pero de esto no se habla.

Un apunte final. Los datos que se manejan se refieren a suicidios confirmados "oficialmente", identificados como tales. Porque se desconoce cuántos accidentes de tráfico (choques, atropellos...) esconden en realidad una muerte deliberada, y qué casos de personas que fallecen alcanzados por un tren, o en las vías del Metro, son en realidad suicidios.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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