José Apezarena

Me marcho del País Vasco porque mis hijos no pueden estudiar en castellano

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Esta es una historia real. Omito algún detalle menor, y cambio algún otro, con el fin de que no sea posible identificar al protagonista. Pero ha ocurrido. Y ocurre.

Se trata de un padre de familia, nacido en el País Vasco, donde siempre ha vivido y donde trabaja, que se encuentra con el problema de que uno de sus hijos sufre en el colegio, desde el principio, dificultades graves con el euskera.

Además de que le hace pasarlo mal, esa dificultad influye de forma decisiva en su rendimiento escolar: suspende asignaturas, corre peligro de perder cursos...

Para eludir tal circunstancia, el padre decide buscar un centro escolar donde su utilice solamente el castellano. Es decir, donde se aplique como sistema educativo el modelo lingüístico A: toda la enseñanza en castellano, salvo Lengua Vasca y Literatura. Y no lo encontró.

Según cuenta él mismo, únicamente dio en Bilbao con un pequeño centro, regido por una orden religiosa, en la que impartían el modelo A, pero que iban suprimiendo poco a poco, año a año, empezando por los cursos inferiores. Así que, como existía el riesgo que el cambio alcanzara a su hijo, lo descartó.

Visto el problema que suponía el euskera para el chaval, y la ausencia de colegios donde la enseñanza fuera solo en castellano, optó por irse a vivir fuera del País Vasco.

Las alternativas más próximas eran Navarra y Cantabria. Sin embargo, en el primer caso, la ofensiva lingüística vasquista que protagonizan, tanto el gobierno foral como el ayuntamiento de Pamplona, le desaconsejaron mudarse allí.

La familia reside ahora en Santander, donde las dificultades para su hijo han desaparecido. Pero para ello  han tenido que marcharse al exilio.

Repito. Se trata de una historia real.

 

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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