José Apezarena

Pedro Sánchez se dedica a poner cataplasmas en Cataluña

Pedro Sánchez y Susana Díaz.
Pedro Sánchez y Susana Díaz.

Hay un clamor en el PSOE. Muchos de los principales dirigentes, y un amplio sector de militantes y votantes, no acaban de entender a qué se dedica Pedro Sánchez respecto al grave problema de Cataluña.

No solamente se pasea por el extranjero mientras el país estalla, sino que asume como quien se toma un vaso de agua la explosiva situación en Cataluña, con incidentes violentos en las calles, cortes de tráfico y de trenes, ataques a los mossos, e intentos de ocupar por la fuerza edificios oficiales, incluido el Parlamento.

Ante todo esto, el presidente del Gobierno ni se inmuta.

Le están lanzando órdagos contundentes, como el último de Quim Torra exigiendo el anuncio del referéndum en el plazo de un mes, bajo amenaza de retirar su apoyo al Gobierno y provocar la caída del actual Ejecutivo, y, a lo que parece, Pedro Sánchez ni está ni se le espera.

Todo lo más, ha delegado en la portavoz (ni siquiera en la vicepresidenta) para dar la réplica a las exigencias del presidente catalán.

¿Dónde está el presidente? ¿A qué se dedica? Tal como evoluciona la situación, ¿no tiene nada que decir al país? Porque lo único que ha hecho es emitir un tuit. Al estilo de Donald Trump. Un mensaje que se resume así: "La violencia no es el camino". Eso es todo.

La tormenta en las filas socialistas por la pasividad de su líder es tal que algunos han optado por suplir a Pedro Sánchez y tratar de responder a la inquietud reinante. Por ejemplo, Susana Díaz, que una vez más le ha madrugado al secretario general y presidente del Gobierno, y ha salido a la palestra para expresarse con toda contundencia.

Dicen los libros que una cataplasma es un remedio casero, para algunas dolencias menores, un tratamiento tópico de consistencia blanda y, normalmente, caliente, que se aplica con varios efectos medicinales, especialmente efectos calmantes.

Pedro Sánchez se está limitando a poner una cataplasma en la grave herida ulcerosa que aqueja a España, abierta en canal por el desafío independentista de Cataluña.

 

Con ello, a lo mejor consigue que los amigos de Quim Torra no le derriben. A lo mejor. Pero se está cavando la tumba como líder político y como gobernante. Porque los ciudadanos se lo echarán en cara. Y posiblemente muy pronto. En cuanto sean llamados a las urnas.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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