José Apezarena

Sí, Pedro Sánchez puede superar a Zapatero

Rodríguez Zapatero conversa con Pedro Sánchez en un acto del PSOE.
Pedro Sánchez conversa con José Luis Rodríguez Zapatero durante un acto del PSOE.

La historia la cuenta José Bono en su último libro, titulado “Diario de un ministro”, donde recoge sus memorias de su paso por el ministerio de Defensa.

En abril de 2005, siendo ministro, Bono viajaba en avión con don Juan Carlos, y el rey le comentó, refiriéndose al Gobierno que presidía entonces Rodríguez Zapatero: “Estáis quitando estatuas de Franco, y estas cosas no pasaban con Felipe ni con Guerra”.

El monarca añadió este sucedido: “Un día le dije a Santiago Carrillo que no quería que hablase mal de Franco en mi presencia, porque él fue quien me puso en este puesto”.

Y, finalmente, don Juan Carlos le confió que estaba preocupado. Preocupado, añadió, “por si ahora os da por sacar a Franco de la tumba”.

No lo acordó el Gobierno de Rodríguez Zapatero, pero lo va a hacer el que encabeza Pedro Sánchez.

Cuando Sánchez inició su trabajo en La Moncloa, y empezó a dar sustos, a contradecirse, a meter la pata, a tomar decisiones poco presentables, en no pocos ámbitos políticos empezaron a acordarse de la gestión desastrosa de Zapatero.

En aquellos momentos iniciales, la consideración más general era que, por mucho que se esforzara, Pedro Sánchez no lograría superar el nivel de desaguisados que montó Zapatero. Parecía que aquello era una empresa imposible.

Ocurre, sin embargo, que aquella opinión está empezando a cambiar. Sánchez puede superar a su antecesor. Basta ver los líos que está montando. Con los impuestos al diesel, a la banca, a los autónomos, con una subida del salario mínimo de más del 20%, con la desconcertante gestión del problema catalán, con las presiones a los jueces y fiscales, con los anuncios de imposibles

Y la exhumación de Franco, que es (tiene guasa) la medida estrella de este Gobierno, empieza a parecer un imposible. Lo anunció para julio, luego lo retrasó un par de meses, y ahora ha prometido que será antes de Navidad. Falta poco más de un mes para la Navidad.

 

Pero el lío gordo es lo de la inhumación. Resulta que, cuando acordaron sacar del Valle los Caídos los restos del dictador, no pensaron dónde deberían quedar. Y ahora se encuentran con el atolladero de aprobar una ley que impida que el ataúd acabe en un sitio que pueda convertirse en lugar de peregrinación de nostálgicos, como ocurriría en el caso de La Almudena.

Tal como temía don Juan Carlos, les ha dado por sacar a Franco de la tumba, pero no saben dónde depositarlo.

Y mientras, han avivado los reducidos posos franquistas que existían en este país. Se anuncian movilizaciones para las fechas inmediatas al 20-N, incluyendo una marcha al Valle de los Caídos, y la convocatoria de una concentración en Madrid.

Por si faltara algo, ha surgido la sospechosa historia, difundida con retraso no se sabe por qué (aunque se adivina quién la ha manejado), del francotirador que decía que estaba dispuesto a matar a Pedro Sánchez por querer sacar a Franco del Valle, y lo publicaba en las redes sociales para pedir que le ayudaran.

Un tirador mediocre, por cierto, que, según la opinión de los Mossos d’Esquadra no le daría ni a España.

Pero la historia ha cumplido el efecto deseado, ocupando portadas y haciendo olvidar todo lo demás. Los problemas de Pedro Sánchez y su Gobierno.

Sí. Era muy difícil, pero parece que Pedro Sánchez puede superar a Zapatero.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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