José Apezarena

Que tiene Íñigo Errejón que no tenga Pablo Iglesias

Pablo Iglesias e Íñigo Errejón.
Pablo Iglesias e Íñigo Errejón.

Íñigo Errejón ha dado el salto definitivo a la política nacional, encabezando una nueva oferta que, en principio, compite directamente con Podemos, el partido de donde procede y del que fue cofundador.

La figura emergente del candidato de Más País va a competir directamente con la de su ex amigo, y en su día indiscutible líder de la izquierda popular o populista, Pablo Iglesias.

Mientras la figura y tirón político de este último parecen haber entrado en fase de decadencia, la de Errejón apunta a un claro crecimiento, que habrá que ver hasta dónde llega.

A estas alturas, cabría formular una pregunta. ¿Que tiene Errejón que no tenga Pablo Iglesias? Porque diferencias, haberlas, haylas. Veamos algunas.

Errejón es, hoy por hoy, más simpático y sonríe mucho más.

Se presenta mejor, físicamente y en cuestiones de vestimenta.

Es más fotogénico.

Tiene cara de buen chico, de alguien que nunca ha roto un plato.

Incluso aspecto de empollón simpático y sabelotodo.

 

Desde el punto político, es mucho más pragmático, tiene los pies más en el suelo. No parece que su objetivo sea la utopía de "conquistar el cielo".

Se muestra abierto a toda colaboración, en la línea de crear esa gran fuerza política de izquierdas para a la vez transversal, no tan ideologizada, con gancho en la tercera y en la cuarta edad.

Parece el nieto que todas las abuelas querrían tener, como demostró con la conquista a Manuela Carmena.

Como orador público, resulta más convincente. Contagia más, llega más. Se comprobó en los entusiasmos que se escenificaron durante la presentación de s País.

¿Todo esto es decisivo? Evidentemente, no. Pero se trata de bazas que le pueden ayudar. En concreto, de cara a la aceptación por la opinión pública en sentido amplio.

Además, aparentemente presenta una trayectoria personal sin obstáculos éticos como puede ser el chalet de Galapagar en el caso de Pablo Iglesias.

Sobre esto último, sin embargo, no ha quedado solventado del todo el caso de aquel proyecto de investigación sobre vivienda en la Universidad de Málaga, financiado por la Junta de Andalucía, que realizó de forma no presencial (se exigían 40 horas semanales) y por el que, en 2014, se le abrió un expediente de inhabilitación para trabajar como investigador en dicha universidad.

El expediente disciplinario ha quedado sin cerrar, porque Errejón solicitó la baja en la Universidad, y la asesoría jurídica planteó que no tenía justificación legal imponer la sanción, en este caso inhabilitación perpetua, a una persona que ya no trabajaba en la Universidad.

Ahora que ha salido a la palestra, será una de las bazas que manejarán quienes pretendan descalificarle. No decisiva, ni siquiera importante, pero que constituye, sin duda, un punto débil.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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