José Apezarena

Voy a defender a Pedro Sánchez

Pedro Sánchez en el avión oficial
Pedro Sánchez en el avión oficial

De palacio en palacio, y tiro porque me toca. De Doñana, en Huelva, a La Mareta, en Lanzarote. Las vacaciones “de lujo” (así las ha calificado un diario nacional), de Pedro Sánchez son la penúltima polémica que se ha levantado en torno al presidente del Gobierno.

Es cierto de toda certeza que el actual inquilino de La Moncloa se ha equivocado abundantemente durante los meses que lleva en el cargo.

Empezando por las imágenes de nuevo rico (con gafas de sol y todo) viajando en el avión oficial, por aquellas fotos de sus manos, y por el uso de helicópteros oficiales para ir a conciertos particulares, sino sobre todo por el oscurantismo que ha impuesto, declarando poco menos que secreto oficial cualquier desplazamiento suyo, además de la situación laboral y el sueldo de su señora esposa.

Cabría criticar las decisiones económicas que va tomando su Gobierno, de los nuevos impuestos anunciados, de las medidas contra los coches de gasolina, y más aún de las sospechosas connivencias con el nacionalismo catalán, incluyendo un vergonzante consejo de ministros en Barcelona.

O incluso de la infantil y torpe decisión de prohibir que se colocaran en La Moncloa los tradicionales belenes navideños, aunque sea un asunto menor.

En fin, que Pedro Sánchez ha dado motivos de sobra para que se le critique. Y algunos de ellos profundos.

Pero no creo que haya que echársele en cara todas y cada una de las decisiones que tome. Entre otras cosas, porque es humanamente imposible equivocarse siempre. Alguna vez tendrá que acertar.

A ese respecto, me parece que no existe motivo de crítica por el hecho de que viaje en transportes oficiales (algunos medios incluso han publicado el número de veces  a la semana que utiliza el helicóptero desde La Moncloa).

Es normal que el presidente del Gobierno, por múltiples razones, de ahorro de tiempo en los trayectos y también por seguridad, disponga de adecuados sistemas de transporte a su disposición.

 

Ha sido lo habitual en otras presidencias, excepto la anomalía de Mariano Rajoy, que renunció a viajar en helicóptero en recuerdo (malo, por supuesto) de aquel accidente que sufrió  en 2015, en Móstoles,  cuando despegaba de la plaza de toros.

No me parece que a Pedro Sánchez deba afeársele la utilización ahora de instalaciones del Estado como son los palacios de Doñana y de La Mareta. Como tampoco haber hecho uso de la  espectacular finca de Quintos de Mora, en los Montes de Toledo, que, por cierto, tanto gustaba a José María Aznar y a Ana Botella

Por motivos de seguridad, de eficacia y también de discreción, me parece normal que un presidente del Gobierno tenga a su disposición ese tipo de recursos del Estado.

¿Hay que criticar a Pedro Sánchez? Por supuesto. Pero ofrece tantos motivos que no hace falta buscar razones que no tengan fundamento. O sea, me parece que no hay que criticarle todo. Criticar por todo es lo mismo que criticar por nada.

Esta vez defiendo a Pedro Sánchez. Que quede constancia. Habrá unos cuantos que no lo entiendan y no lo acepten. Están en su derecho.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato