A Fernando Ferrer, el primer hispano con verdaderas posibilidades de ser Alcalde en una Nueva York con minoría anglosajona

Fernando “Freddy” Ferrer acaba de pasar la última prueba para presentarse como candidato por el Partido Demócrata a la alcaldía de Nueva York y así terminar con los años de mandato republicano de Giuliani y Bloomberg. Ferrer tiene su historia ejemplar: viene del Bronx y con el tiempo se ha hecho un político “comprometido” y “progresista”, aunque en su caso tal vez estos términos guarden un poco de autenticidad o su idealismo. Ciertamente, Ferrer da el tipo de político sencillo y atractivo, preocupado por los ciudadanos, ideal para la espesura de la política municipal: todo apunta, pues, a una carrera que aún tiene recorrido. Más allá de la retórica, Ferrer concurrirá a las elecciones con un censo electoral en el que, por primera vez, los blancos no latinos serán minoría. Ferrer no oculta este “orgullo latino” pero su web oficial aparece primeramente —como es natural- en inglés. Con la posibilidad de tener un alcalde de origen remoto pero perfectamente integrado, en un escenario de cambio marcado por el auge demográfico hispánico, Nueva York vuelve a darnos una sorpresa. Es todo un contraste para alguna ciudad de aquí, donde hay que acreditar limpieza de sangre si uno quiere tocar poder. ¿Hay que decir que nos referimos a Barcelona? Guinda panhispánica hoy.