A la profesionalidad de un médico, que le diagnosticó al ministro de Exteriores irlandés un tumor facial mientras lo veía por televisión

A eso se llama diligencia y buen hacer. Un doctor irlandés estaba viendo la televisión el pasado mes de diciembre cuando se encontró en un canal con un debate en el que participaba el secretario de Estado de su país para Asuntos Exteriores, el equivalente en España al ministro de ese departamento. La intervención de Conor Lenihan –que así se llama el político- duró sólo un minuto, tiempo suficiente para que el telespectador con conocimientos de medicina le diagnosticara un tumor en el rostro. El galeno se puso en contacto con su gabinete y le alertó del riesgo que corría y Lenihan, de 43 años, se sometió de inmediato a unas pruebas médicas que le llevaron, efectivamente, al quirófano. Le extirparon un tumor benigno que estaba cerca de un nervio facial. Si no hubiera sido tratado de urgencia podía haber degenerado y provocarle graves desfiguraciones y dificultades en el habla. Un hecho sorprendente, que nos reconcilia con la clase médica y esa impagable labor social que realiza la mayoría. Guinda para el doctor.