A Carlos Iglesias, secretario general de la Adese, que critica los límites a los videojuegos violentos y sexistas: ¿defiende la libertad o la cuenta de resultados de las distribuidoras?

Adese es la Asociación española de distribuidores y editores de software de entretenimiento. Su secretario general, Carlos Iglesias, acaba de criticar con dureza que el Reino Unido haya vetado en el país el videojuego ‘Manhunt 2’ por su extremada violencia explícita e incluir imágenes sexuales. Iglesias cree que este tipo de software no debería regularse en los adultos, a no ser que se trate de algo constitutivo de delito. Entonces sí. Lo contrario, advierte, es censura. Carlos Iglesias olvida, en primer lugar, que los videojuegos son fácilmente accesibles a través de Internet y que cualquier menor puede descargarse uno de ellos sin apenas dificultades. ¿Y quién controla todo esto? Es inaudito que el máximo responsable de esta plataforma critique unos límites que sólo buscan proteger a las personas. ¿Es un recorte a la libertad cumplir un código de circulación? Sí, pero no. ¿Acaso la libertad de expresión no está sujeta también a determinados límites? ¿Es esto censura o una medida de prudencia que sólo pretende salvaguardar la convivencia social? Quizá haya que formularse también otro tipo de preguntas: ¿busca la Adese el bien de la humanidad o salvaguardar más bien los millonarios ingresos que genera esta industria del entretenimiento? ¿Los desvelos de don Carlos Iglesias los provoca la libertad de las personas o la cuenta de resultados de las empresas a las que representa? Un poquito de por favor. Guindilla a Carlos Iglesias, al menos por las dudas que generan sus declaraciones.