A Enrique Iglesias, que tras anunciar que había roto con Anna Kournikova ahora dice que fue una broma: después se quejan de la prensa ‘depredadora’
El cantante Enrique Iglesias anunció la semana pasada en Suecia que había roto la relación sentimental que venía manteniendo desde hace años con la tenista rusa Anna Kournikova. Al margen de lo discutible que resulta airear la propia vida sentimental –salvo que uno se dedique a traficar con esa mercancía para lanzar campañas de imagen-, horas después el hijo de Julio Iglesias rectificaba y en unas declaraciones a la revista ‘Hello’ afirmó que lo que había dicho en Suecia no era más que “una broma” que le hizo a un periodista sueco y éste no supo interpretar. “Mi sentido del humor es realmente malo”, apuntó el cantante. “A veces la prensa sabe más de mi vida privada que yo”, agregó el hijo de Julio Iglesias. “Ahora ya está todo arreglado y nos hemos reído”, sentencia Iglesias. ¿Cómo que ya está? ¿Así de simple: ya está? O sea, que usted se dedica a alimentar a ese monstruo llamado prensa rosa, auténticos mercenarios de las intimidades ajenas, y lo despacha después con un simple “era una broma”… Pues no. Hoy se ha hecho merecedor de nuestra guindilla y, por supuesto, queda avisado: vendrán los ‘robados’, las demandas por injurias o calumnias, los acosos de indiscretos y paparazzis… y usted se ha quedado sin argumentos para exigir justicia.
