A Fernando Alonso, que en vez de centrarse en ganar el campeonato de Fórmula Uno monta ‘peloteras’ con todo el mundo
Nadie puede discutir a estas alturas la valía profesional de Fernando Alonso, pero alguien debería decirle a este joven asturiano que enfadado no se llega a ningún sitio. Lo hace con su equipo cada vez que hay algún fallo, sobretodo si eso provoca que su gran rival Schumacher gane un punto en contra suya. Se enfada con la organización si le penalizan por lo que él considera una injusticia –probablemente la afición también lo considere así, no lo dudo-. Pero es que se enfada hasta con su propio compañero de escudería, Giancarlo Fisichella, si se le pone por delante. El italiano bien sabe que nunca conseguirá desbancar al español hasta que éste no deje Renault para meterse de lleno en McLaren. En ese impás, otro enfado. Alonso, con su director deportivo, porque no le dejan acceder al nuevo vehículo para la próxima temporada. Fernando: hay que disfrutar de los triunfos y aprender de los errores. Mientras toma nota del consejo que se vaya comiendo esta guindilla.
