A dos agentes de la Policía Nacional, que robaron a una filipina los 3.500 euros que ahorraba para enviar a su país
Dos años y cuatro meses de cárcel es la pena a la que ha condenado la Audiencia Provincial de Guipúzcoa, a dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía por robar 3.500 euros a una ciudadana filipina procedente de París en la estación de tren de Irún. Los corruptos agentes aprovecharon la pertinente inspección de los pasajeros del tren para estafar a la mujer que viajaba junto a su hija de dos años hacia Santander para ver a unos familiares. ¿Quién vigila al vigilante se preguntan muchos? Pues en esta historia queda bien claro. La Audiencia de Guipúzcoa ha demostrado que los agentes le solicitaron a la víctima un innecesario visado, para a continuación revisar su documentación y sustraerle del bolso un sobre con 3.500 euros. Ya contentos con el botín obtenido, los policías no vieron óbice a que la mujer continuara su marcha. Según manifestó la víctima, ese dinero eran sus ahorros para enviar a su familia en Filipinas. Los policías que abusaron del poder que les confiere su autoridad, pagarán su ambición entre rejas. Guindilla a la deplorable actuación.
