Acoso y derribo
Siempre se ha dicho que la labor de un político es de servicio y atención al ciudadano, pero hoy día no está tan clara esta idea, especialmente en el caso del actual Gobierno:
Como madrileño, me siento robado por los 250 millones de euros que la Administración Central ha quitado a la Comunidad Autónoma de Madrid.
Como persona solidaria con las víctimas del terrorismo, me siento ultrajado por la poca atención que reciben, y en cambio se toleran a los partidos que hacen del terrorismo su razón de ser.
Como docente, me siento defraudado por el “fracaso escolar” de este Gobierno, y su continuo desprecio a la libertad de enseñanza.
Como miembro de una familia, me siento ultrajado por el abandono al que se está sometiendo a las familias.
Como telespectador y radioyente, me siento asombrado por el recorte en la libertad de expresión que se tiene con algunos medios, mientras que para otros todo son prebendas y regalos.
Como católico, me siento perseguido por un Gobierno sectario y laicista.
Como español, me siento estafado por los diferentes Estatutos “nacionalistas” de corte independentista y anticonstitucionalista.
Como europeo, me siento decepcionado por la mediocre política internacional de nuestros dirigentes.
Como ciudadano, me siento manipulado por quienes han hecho de la política, su plataforma de conseguir poder y riqueza.