Animal e inhumano

Cuando se emiten por TV imágenes de maltrato a animales, por desgracia tan habituales, observamos a nuestro alrededor como nadie queda indiferente. Todos expresamos nuestro rechazo, con especial ímpetu, aquel que tiene un animal de compañía. Es una reacción natural, sana, y que reafirma nuestra dignidad como seres humanos.   Si el afecto a los animales, natural y razonable, despierta de forma generalizada ese sentimiento de rechazo ante comportamientos brutales e inhumanos, no entiendo por qué no suscita la misma animadversión el asesinato de un no nacido, el aborto, ni siquiera cuando, como ha ocurrido en Cataluña, no esta amparado por el eufemismo del "supuesto" de "despenalización". No será que cuando se determina que es "legal" asesinar a una criatura, de entre doce y veintidós semanas, ya no nos afecta el asesinato de criaturas de más de siete meses, porque se asume la degeneración de la propia naturaleza, de racional, a sólo animal e inhumana.