Bermejo, el ministro chiki-chiki

La Administración de Justicia, con su tradicional e irritante lentitud, unida a sus errores nada infrecuentes y a la desconfianza que inspira en amplios sectores ciudadanos, no necesitaba de una prolongada huelga de funcionarios para desplazar hacia éstos la responsabilidad por el funcionamiento manifiestamente mejorable de la Judicatura. Esa responsabilidad corresponde en primer lugar al poder judicial y, en segundo, al gobierno de Zapatero que lleva ya cuatro años en el poder. No todo, ni mucho menos, es falta de medios materiales en los juzgados, una realidad evidente, ni plantillas escasas de jueces, que requerirían continuada ampliación, hasta ofrecer un servicio de calidad.

Los funcionarios exigen una justa y paulatina igualación de sus salarios con los de sus homólogos dependientes de las Comunidades Autónomas, cuyos sueldos se sitúan hasta un 60% por encima que los de los primeros.

El ministro en funciones de Justicia, Fernández Bermejo, es una mezcla de incontinencia verbal y sectarismo chulesco. La torpe gestión del pintoresco Bermejo ha colocado a la Justicia al borde del abismo. La Justicia está colapsada; los expedientes se acumulan; los juicios se eternizan llegando a que algunas sentencias se dicten a los 4, 5 y más años desde que se iniciaran los juicios.

Señor Zapatero, cuando usted nombró ministro al señor Fernández Bermejo, se equivocó estrepitosamente. No mire para otra parte y destitúyalo ya.

 

Video del día

Feijóo destaca el “modelo de la concordia” del PP en Cataluña
frente al “modelo rupturista” del resto de partidos catalanes
Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato