Carta abierta al Señor Bono
Estimado Bono: Siempre fuiste el político preferido de mi Madre y ahora voy entendiendo porqué. Mi madre siempre tuvo simpatía por las monjas. Cómo olvidar los dulces que les compraba por los pueblos de tu Mancha, o aquel colegio de monjas al que llevó a mis hermanas pequeñas.
Al ver el lío que has montado con la amiga Maravillas y ver tu foto pensando, me has dado a mí que pensar: que a los signos y símbolos de la Iglesia los quieren tapar como sea. Como el mandato máximo de un católico es amar al prójimo, y eso no se lleva, nada de signos que lo pongan de manifiesto. Bono, en una cosa te doy la razón y es en lo de los "hijos de puta".
Sabemos que lo dices en el sentido andaluz del término, pero es verdad. Hay muchos que no soportan a los que intentan ser mejor y profesar su religión y menos aún, que lo pongan de manifiesto.
Te lo aseguro Bono, me has dado mucho que pensar: se llenan la boca con la palabra libertad, pero si se trata de religión que poco espacio dejan para ejercerla, al menos en el Congreso.