Caso Eluana

El dilema es claro: O se está a favor de la vida humana o se está en contra. No admite vuelta de hoja.

El derecho a la vida es un derecho absoluto, intangible, fundamental, e inalienable de toda persona. Desde su inicio a su fin. Una ley que no lo respetase seria una ley injusta, no obligatoria e iría contra la declaración de los Derechos Humanos.

El atentar contra este derecho, en el caso de la joven italiana, Eluana, alimentada por sonda durante 17 años, tras un accidente de tráfico, retirándole la sonda, sería perpetrar un asesinato, con grave responsabilidad penal.

Para los que tenemos fe la cosa está clara. La vida proviene de Dios, fuente y origen de toda vida. El la da y sólo él puede quitarla. Para los que no tienen fe: ¿En nombre de qué o de quién, se atreve alguien a asesinar a un semejante?

La Historia nos enseña la horrible deriva a que conduce y puede llevar tal seudo derecho: al endiosamiento del tirano y a la supresión de las demás libertades humanas. El Holocausto no está tan lejano.

 

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