Chirac y la protección de sus intereses
"Chirac envía tropas para proteger sus intereses en Costa de Marfil" era uno de los titulares más comunes en la prensa nacional el pasado lunes. La excusa para la intervención aparentemente era "la seguridad de los 15.000 ciudadanos galos que viven en Costa de Marfil", así se manifestaba el presidente francés, Jacques Chirac, ante el clima de guerra civil larvada que vive el país africano y el ataque que causó nueve muertos en las filas francesas.
Desde el país agredido las cosa se ven de otra manera. "Lo que ha pasado marca un punto de ruptura. Vietnam no será nada con respecto a lo que vamos a hacer aquí", señaló el presidente de la Asamblea Nacional de Costa de Marfil, Mamadou Koulibali.
"El Estado de Costa de Marfil no existe", prosiguió Koulibali, "es una prolongación del Estado francés. Las autoridades marfileñas se consideran rebeldes y organizarán una resistencia feroz".
La declaraciones del gobierno francés están en la línea de que lo que pretenden es "defender el Estado de Derecho". La situación es peligrosa no sólo para los franceses residentes en Costa de Marfil sino también para todos los europeos que viven y trabajan allí.
No hay duda que se trata de un problema entre Francia y Costa de Marfil, una ingerencia clara y egoísta de los franceses que pretenden mantener un sistema político que sea una prolongación de Francia en África. La mayoría de los marfileños no quieren a Chirac como presidente ni tener que comercializar exclusivamente con Francia y con quien este país permita.
Sería conveniente que alguien en la comunidad internacional medie a favor de los marfileños, o ¿están esperando que sea Estados Unidos quien intervenga y de esa manera el agresor volverá a ser la victima?.
La guerra de Costa de Marfil muestra lo poco que dura el pacifismo de algunos países especialmente cuando hay intereses políticos y económicos de por medio.
