DEP, Atlético de Madrid
El Atlético De Madrid murió el año 1.987 y algunos no lo quisimos ver entonces.
En la actualidad el club es una SAD de Gil Marín y Cerezo y subsiste utilizando el nombre del histórico equipo de futbol con la ayuda de la Justicia, los políticos y la prensa.
La Justicia condenó a Gil Marín y a Cerezo por un delito de apropiación indebida de un club (sentencia del TS) pero como había tardado tanto en esa condena el delito había prescrito. Y sin poner dinero para comprar algo, siguen siendo los dueños de eso que no habían comprado.
La clase política se apunta a todo lo que haga falta. Ciudad Deportiva que nunca se hace, demolición del Calderón, cesión de unos terrenos y olimpiadas por el medio. (nadie ha investigado al traslado a La Peineta y las empresas partícipes).
La prensa, cómplice. En lugar de investigar, simplemente se limita a seguir los intereses de la directiva. ¿Y el periodismo deportivo de investigación hacia Gil Marín y Cerezo? ¿Qué han hecho los directivos en este club? ¿Por qué la UEFA nos cierra el campo por un incidente ajeno al Atlético y el presidente calla pero en el partido a puerta cerrada premia a Ramón Calderón y a Gonzalo Miró con el palco y no devuelven el dinero? ¿Por qué se pone en una foto la camiseta del Real Madrid? ¿por qué García Pitarch, con su esplendoroso pasado rojiblanco, es nuestro responsable de fichajes? Y así, cientos de cuestiones...
Pero lo más preocupante es toda la afición. Sobre todo la de nuevo cuño que va al Calderón y celebra un cuarto puesto en liga o esa afición anestesiada por campañas publicitarias de éxito, por esa moda de los últimos años de vender el victimismo y el disfrutar en la derrota.
Porque de la afición histórica, que tiene más de 30 años de edad, que hacemos que el Aleti sea el tercer equipo más pinchado en la tele de pago, que mantenemos nuestra fe en unos colores, por cariño a una historia, por familia, por amistad o por esa sensación que notas cada vez que te acercas al Manzanares y le cuentas a tus hijas lo que has disfrutado en ese campo, toda esa afición es la que asiste cada año al hundimiento y desaparición del Aleti. Y se rompe el corazón, y se sufre por dentro.
Lo siento, yo me bajo de este tren. Descanse en paz el que ha sido durante años mi mejor sueño. Aúpa Aleti.
