Érase una vez

Érase una vez un país cuyo presidente no sabía cómo resolver los verdaderos problemas de los ciudadanos y por ello se aventuraba a debates metafísicos, identitarios, abstractos, los cuales a pocos importaban. Ese país tenía problemas de vivienda, de sanidad, de justicia, de educación, de inmigración.

Mientras tanto, los políticos de ese país se entretenían discutiendo sobre estatutos de autonomía que nadie quería, leyes que afectaban al 1% de la población y que desdibujaban el concepto universal del matrimonio, discusiones históricas sobre los "buenos" y los "malos" de la Segunda República por parte de un Comisionado para las Víctimas del Terrorismo, propuestas de partidos nacionalistas que querían que el Estado pidiese perdón por la Guerra del Rif, cancelación de un transvase necesario por presiones políticas y no por criterios científicos, política exterior cuyos compañeros de viaje eran países como Angola, Mongolia, Venezuela, Cuba y Marruecos. Lástima de años perdidos.

 

Video del día

Marta Rovira confirma que negocia con Sánchez
un referéndum de independencia para Cataluña
Portada
Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato