Un Gobierno de colegio
Es lógico que los adolescentes no sean conservadores pues en su corta vida no han tenido tiempo todavía de hacer nada que merezca la pena de ser conservado.
Conducía mi coche acompañado por tres alumnos adolescentes. En la radio sonaba el "Coro de esclavos de Nabuco". Al observar que yo la iba tarareando, uno de ellos me dijo: -Ya se ve que le gusta mucho. -Efectivamente -le dije- . ¿Y a ti? -Depende. ¿Es muy vieja esta canción? -Hombre, más de cien años ya tiene. -Entonces no me gusta. Los adolescentes tienden a considerar como malo todo lo antiguo y como bueno todo lo moderno. Es lógico que no sean conservadores, pues en su corta vida no han tenido tiempo todavía de hacer nada que merezca la pena de ser conservado. Lo que no es tan lógico es que nuestros políticos se comporten como los adolescentes. Todos pretenden ser más progresistas que nadie, defender una democracia avanzada o hacer una política de futuro. ¿Es que no hay nada de bueno en nuestro pasado que merezca la pena conservar? Si olvidamos los valores permanentes, que enraizados en nuestra historia han ido configurado nuestra cultura, dudo mucho de la calidad de la sociedad que se pretende edificar por muy democrática y avanzada que sea. En cualquier caso durará muy poco, pues siempre habrá un proyecto más progresista todavía.
