Hola, hola, felicidades

El presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, ha saludado a Zapatero en la cena de la cumbre de la OTAN en Bucarest. Zapatero y Bush habían quedado en hablar en Bucarest, pero hasta el momento todo se ha limitado a un lacónico: “¡Hola, hola, felicidades!”. Nada más. Los servicios de protocolo de la Casa Blanca fueron muy cuidadosos al supervisar el emplazamiento de los comensales dejando tres sillas entre Bush y Zapatero. Decía Henri Lacordaire que la distancia es la piedra de toque de los verdaderos afectos.

Es lo que tiene haber basado la política exterior de un país en una estrategia marcadamente antiamericana. Es decir, todo sigue igual en política exterior: los desplantes son una constante. El gobierno ZP dice que espera un encuentro más prolongado a lo largo de la cumbre. Pues que esperen, que esperen.

 

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