El secretario de organización del PSOE ha hecho unas declaraciones por las que me he sentido ofendido e indignado. Afirma este señor que el PP y los obispos están en contra de la Constitución por su oposición a la Educación para la Ciudadanía. Aunque no soy del PP, ni tampoco obispo o cura, también me he sentido aludido por cuanto, como ellos, estoy en contra de esta asignatura. Esto no significa en absoluto que esté -y supongo que tampoco el Partido Popular ni los obispos- en contra de la Constitución.

Lo que me molesta de la EpC es el relativismo ético y la ideología de género que fundamentan algunos de sus apartados, y no lo que en la misma se refiere a cuestiones constitucionales, urbanidad o derechos humanos. Lo que ha dicho José Blanco no solo es un reducionismo demagógico: es una mentira como una catedral.

Mentir es decir lo contrario de lo que se piensa con intención de engañar, y Blanco sabe perfectamente que los que nos oponemos a la asignatura de Educación para la Ciudadanía no tenemos nada en contra de la Constitución. A pesar de ello, lo dice para confundir a los que no saben mucho de que va el asunto con el ánimo de desacreditarnos. Si este es el nuevo talante de hacer política, ya sé a quien no voy a votar en las próximas elecciones.