La Manzana Podrida (I)

Por muchísimas razones vivimos unos tiempos muy convulsos, parece como si la humanidad no pudiese o no supiese  vivir en paz. Y así nos encontramos con guerras, divisiones en naciones, constituidas desde hace siglos o en otras de más reciente creación, luchas por el poder o el dinero, corrupción en distintos estamentos e instituciones, que destruyen familias, empresas, y en definitiva personas. No sabemos o no queremos saber de dónde venimos y a donde vamos, y así se dice que” venimos de los animales y estamos llegando a ser dioses”. No hay paz en los corazones, y no tenemos que aspirar a “ser dioses”, simplemente a ser personas.

En un reciente artículo de un periódico se decía a propósito de lo que pasa en España:

“En lugar de colaborar juntos, todo se utiliza como arma política. Necesitamos que alguien imponga el buen sentido para poder volver a empezar. El odio es mayor que en el 36. Es una guerra de “todos contra todos”.

Cierto. Lo que ocurre en España es como una enfermedad de la que se conocen los síntomas pero no el origen y, por tanto, no la terapia.”

Ambos  asertos son totalmente sinceros, y ciertos. ¿Cómo hemos llegado a esto? ¿Por qué después de una reconciliación costosa, hemos vuelto a una situación que nos puede destruir como nación?

Al rememorar estos 39 años pasados desde la terminación de la Dictadura, he llegado a unas conclusiones de cuál es el origen de que nos encontremos donde nos encontramos.

Cuando en un cesto de manzanas sanas introducimos una que está podrida, ésta acaba pudriendo y corrompiendo al resto, si no sacamos del cesto la malsana.

Así cuando un Gobernante en un país o nación, conculca la Constitución y la pervierte empezando por el poder judicial, politizándolo y por tanto quitando la independencia del tercer poder o columna de un estado, está empezando a corromperlo. Eso es lo que hizo el partido socialista por medio de D. Felipe González Márquez, en el año 1985. Si el legislador hubiera querido que el Órgano de Gobierno de la Justicia fuera elegido todo por el parlamento, así lo habría hecho constar en la Carta Magna, y no es eso lo que pone en su artículo 122.3.

Que sabían lo que hacían, queda demostrado por las manifestaciones del entonces Vicepresidente del Gobierno D. Alfonso Guerra, al decir que “habían enterrado a Montesquieu”. En Román Paladino, acabaron con la separación de poderes.

 

Hay generaciones que no vivieron esos momentos, y otros los han mandado al baúl de la desmemoria. Pero ahí tenemos un primer origen de mucha de las cosas que actualmente pasan.

Por la misma época, las Cajas de Ahorros, algunas de las cuales se denominaban: “Monte de piedad y Caja de Ahorros…”; originadas en un principio algunas de ellas por instituciones de la Iglesia Católica, y que eran no de los accionistas, sino de los impositores, fueron a su vez – asaltadas o intervenidas, escojamos el término que queramos- por los políticos y sindicatos, mediante una ley de Cajas promovida por el Partido Socialista en el Gobierno. Otra vez el Sr. Felipe González Márquez, y su alter ego (como se les llamaba) D. Alfonso Guerra.

Segundo origen de los desafueros posteriores y consecuencia de los que vivimos actualmente. Podemos seguir con más ejemplos de todo tipo. Pero estos dos pueden ser suficientes por su importancia.

Entonces el Partido Socialista Obrero Español, gobernaba hegemónicamente, con mayorías absolutas en el  Parlamento de la Nación y en la mayoría de los Regionales. ¿Ya no nos acordamos de eso? Los Sindicatos estaban dominados todos por la izquierda, recibiendo dinero a mansalva. Y como acabó: El PSOE fue condenado, en personas relevantes del mismo, por financiación ilegal del partido, por malversación de fondos públicos y por terrorismo de Estado.

El Sr. Felipe González se salvó porque, en palabras de un magistrado del Supremo, “no se podía estigmatizar al tercer Presidente de la Democracia”.

Tuvieron que pasar 14 años para que perdieran el Gobierno, pero el mal estaba ya hecho, y la podredumbre había empezado a corromper los distintos estamentos: las otras manzanas del cesto.

Estimado Director, los que ya hemos vivido muchos años y todavía tenemos memoria podemos concluir que el origen está en una manzana podrida, y mientras a ésta sin miedo ni prevención no la saquemos del cesto, seguirá corrompiendo a cualquier otra sana que metamos en el mismo. ¿Por qué se quiere seguir manteniéndola? España necesita una Socialdemocracia, que no tiene nada que ver ni con la Izquierda, ni con los Socialistas. Se ha demostrado suficientemente que el socialismo es dañino allí donde pervive, aunque sea disfrazado de progre o de cualquier otro término.

J. R. Pablos

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