¿Monarquía Constitucional o República federal?

Como ciudadano me creo en el deber de exponer mi opinión respecto al estado actual de nuestra nación. Estoy convencido de que cuándo los "padres de la patria" redactaron la actual Constitución de 1978, en la que se incluyó el capítulo de las autonomías, nunca pensaron que aquella división administrativa de la nación se iba a convertir en lo más parecido a un gobierno federal.   No hemos tardado en poder darnos cuenta de cómo en Cataluña, principal beneficiaria del nuevo enfoque que, desde el Gobierno socialista, se le da al sistema autonómico; se le ha dado la vuelta a nuestra Carta Magna, para promulgar un Estatut (votado sólo por la mayoría del 46% del total de los electores, no lo olvidemos) dándoles todo lo que han pedido los nacionalistas en perjuicio del resto de ciudadanos de nuestro país y, como era de esperar, tan pronto se les ha concedido la parte de león ya están empezando a pedir más ( el control de aeropuerto, por ejemplo) y a considerar insuficientes las cesiones desmesuradas que el gobierno del señor Zapatero les ha concedido.   Pero no olvidemos que ahora se está gestando, solapadamente, una nueva nacionalidad, la del País Vasco, pues de esto está tratando nuestro gobierno con los etarras. Un país independiente, que también incluirá Navarra, con las mismas atribuciones o más que se le han concedido a Catalunya, regido por los nuevos comunistas de la ETA; y, siguiendo el mismo procedimiento vendrá el de Galicia y, por mimetismo, los demás hasta que España, nuestra España, quede desgajada en pequeños estados donde la solidaridad con los demás no dejará de ser más que una mera utopía. ¿Qué nos va a quedar de España, señor Zapatero?   No creo que nos deba preocupar, en absoluto, si va a ser doña Leonor o el posible hijo varón de los príncipes de Asturias, quien reine en el futuro, porque me temo que poco les va a quedar del país para que ejerzan su realeza. Es preocupante que nadie, y me refiero a las mas altas instituciones de la nación, se haya percatado del peligro que supone para la unidad nacional la política del PSOE - paladinamente enfocada a socavar las raices de nuestra civilización para llevarnos a un nuevo orden ¿Reinstauración de una República frentepopulista como la de febrero de 1936?-.   El empeño en destruir la familia tradicional, los ataques directos a la Iglesia Católica, (recuérdense de las diatribas del señor Azaña), el empeño en desmembrar la nación, la restricción de las libertades, el amordazamiento de las voces disidentes, la restauración de una memoria histórica amañada y sesgada a la izquierda; nos permiten colegir que algo parecido se está tramando por parte de nuestros actuales gobernantes. Y a todo esto todavía no conocemos lo que opina de esta situación el máximo garante de la unidad nacional.   Creo que ya ha llegado el momento de que los españoles sepamos a qué atenernos, porque para mantener la unidad de todos los pueblos de España, en una patria común, se llevó a cabo, precisamente, la restauración de la monarquía.