El Mundial entierra los verdaderos problemas de España
Ahora, por obra y gracia del Mundial de fútbol, el país se queda paralizado con sus miles de programas de televisión y radio que transmiten en vivo las 24 horas desde Alemania.
Con la proximidad inminente del Mundial de fútbol, de manera evidente se hace presente en nuestra sociedad una ocupación de todos los espacios públicos. Así nos atendremos a ocupar nuestra atención, no ya con las preocupaciones que nos invaden de la política, la familia, la educación, la religión, los graves problemas de la emigración, el botellón, la clonación, la manipulación de embriones, divorcios exprés, violencia de género, estatutos… España no tiene por el momento ningún problema en el qué preocuparnos y sobre los que debatir. Ahora, por obra y gracia del fútbol –del que no tengo nada en contra y que también me interesa-, el país se queda paralizado con sus miles de programas de televisión y radio que transmiten en vivo las 24 horas, desde Alemania, sus diarios y elementos deportivos, su omnipresencia televisiva en bares, cafés, estaciones de tren, consultorios médicos y esperas. La mayor parte de nuestros ciudadanos vivirá este mes, sólo y exclusivamente para el fútbol. Recuerdo a Ortega y Gasset cuando decía “En verdad, nada nos define tanto como cuál sea nuestro régimen atencional (…) Cabría aceptar esta fórmula: dime lo que atiendes y te diré quién eres”.
