Panorama preelectoral
A dos meses de las elecciones se percibe que la clase política, y con ella parte de los medios, ya están calentando motores y van entrando en la refriega electoral. Esta promete ser cualquier cosa, menos aburrida. Dos tendencias se destacan en la estrategia de los dos partidos mayoritarios, a fin de concitar el interés de los electores.
El PSOE ha escogido, bajo capa de progresismo, los inconsiderados ataques a la Iglesia católica, a quien acusan injustamente de meterse en política, ser impositiva, reaccionaria y muy conservadora, en temas como el de la vida, la enseñanza y la familia. Tal discurso, defendido y proclamado por boca de su Jerarquía, -¡faltaría más¡- como era su deber, en la concentración multitudinaria de la plaza de Colón, ha hecho mucha pupa, disponiéndose a mover a su izquierda radical dormida.
El PP ha elegido entre otros, temas que preocupan más directa y concretamente a todos, como es el de la economía y el terrorismo y su repercusión en el bolsillo y convivencia pacífica de los ciudadanos.
Las armas están en alto. Nadie va a morderse la lengua. Es lo esperado. Siempre que se destierre la mentira, la calumnia y la descalificación gratuitas. Lo único que interesa ahora y se busca compulsivamente, es convencer al votante y ganar su voto. La función va a comenzar. Veremos lo que dan de sí nuestros políticos de cartel.
