Poesía a los niños de Beslán
A buscarme el pan de cada día
iba yo ...en mi carreta
me había contratado alguien
alguien.... en alguna feria
hacia frío, había niebla...
niebla espesa
y cuando llegué a mi destino
me aguardaba una sorpresa.
Tenía por carga ataúdes
pero eran tan...pequeños
que cabían en mi carreta
hasta cuatrocientos metí
sí señor...
eran ataúdes invisibles
que parecía.....
que nadie los quisiera
y pregunté....
yo soy un arrendado
a quién le paso la cuenta?
no te preocupes, no ves, que son invisibles
y no se ve, con esta niebla
déjalos donde te pille
y... que nadie los viera .
Qué socavón de silencio
qué luna más lastimera
son mártires de este mundo
y también de esta miseria
nadie sabe sus nombres
y no tienen....
quién los quiera.
Yo pensé que “paradoja”
si la luna nos viera
avisaría al cielo...
que le mando muchas penas
y lágrimas... a millones
y hasta voces de condena
que el mundo se quedó
mudo...mudo
cuando ocurrió la tragedia
y yo, testigo impotente
de ese horror....
de esa tragedia....
solo sé, rabiar a Dios
que ese día...
y a esa hora...
ÉL por allí no pasó.
