Reflexión sobre Marta del Castillo

Escribo esta carta desde lo más profundo de mi corazón, desde los sentimientos que me producen esta situación que estamos viviendo con Marta del Castillo y las reflexiones que todo ello me llevan a hacer.

Conozco a los padres de Marta desde hace muchos años y a Marta desde que nació. Son unas personas encantadoras, tanto ellos como toda su familia y Marta era la hija que todos quisiéramos tener, por eso cuando escucho comentarios como los que anoche escuché en el programa "la noria" de telecinco de boca de la "señora" María Antonia Iglesias, sólo puedo sentirme indignada, humillada, horrorizada y muchos otros calificativos que no tendría tiempo para enumerar.

Esta "señora" calificaba de desverguenza el que personas que asistían a la concentración del sábado en Madrid en favor de la cadena perpetua hubiesen lanzado gritos en favor de la pena de muerte, ( me permito recordarle a esta "señora" que estamos en un país democrático y que existe la libertad de expresión), también soltó una lindeza como que un muchacho de 19 años no puede cumplir una cadena perpetua, (aunque ese muchacho haya presuntamente asesinado a una niña inocente de 17 años). Dijo también esta "señora" que defendía sus argumentos porque ella también había pasado por esto.

Desconozco la situación por la que ha pasado la "señora" Iglesias, lo que sí conozco es por la situación que estamos pasando los que queremos a Marta, por eso sólo puedo desearle a la "señora" Iglesias una cosa y es que algún día le toque a ella vivir lo que estamos viviendo nosotros a ver qué piensa entonces de los que pedimos la cadena perpetua.

 

Video del día

Díaz Ayuso: “Yo no mentí, tenía razón y todo lo que está
pasando obedece a una cacería política, donde se están utilizando
todos los poderes del Estado contra un particular”
Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato