Sanguinario atentado de ETA
ETA ha asesinado al guardia civil Juan Manuel Piñuel, con un potente coche bomba, al volar la casa cuartel de Legutiano-Villareal de Álava., habiendo quedado heridos otros cuatro agentes de la Benemérita.
Ahora, más que nunca, el señor Presidente de Gobierno, además de todo tipo de repulsas por el atentado, debe cumplir su palabra de no negociar con ETA y sí de derrotarla con todos los instrumentos del Estado de Derecho. Tampoco debe faltar el esfuerzo de todos los partidos democráticos para recuperar el consenso en la lucha contra ETA.
¿Qué puede un Gobierno en un Estado de Derecho negociar con una banda terrorista? La respuesta de la inmensa mayoría de los españoles es clara y tajante: nada. Porque no hay nada que hablar con un grupo de criminales que deciden emprender su particular guerra contra la democracia, acabando con la vida de casi mil personas en treinta años. El único destino que debería brindarse a sus miembros por parte de los poderes públicos es un sitio en el banquillo de los acusados de la Audiencia Nacional, para tener un juicio justo y después cumplir su condena íntegra.
Deseo transmitir mi consternación, afecto, estima y ánimo a la familia del guardia civil muerto, en este sanguinario atentado de ETA, anhelando, también, la pronta recuperación de los heridos. Quiero dejar constancia de mi estima a todos los hombres y mujeres de la Guardia Civil, que como los ha definido el general don José Fernández son "austeros, sufridos, sencillos, callados, disciplinados, honorables hasta el sacrifico al servicio de todas las causas justas y de los requerimientos legítimos de los hombres de buena voluntad".
Finalizo con un 'Viva la Guardia Civil'.
