Subvenciones extranjeras
Por mucho que me lo expliquen no me cabe en la cabeza de que países foráneos, que tienen poca o ninguna relación comercial o de otro tipo con España, necesiten ayudas, ya que en una gran mayoría no la utilizan correctamente si es que la utilizan.
No salgo de mi asombro de que por ejemplo haya que subvencionar a Cuba (país por cierto gran amigo de España por razones obvias) 1.750.000 euros por el concepto de “Programa de desarrollo rural en el Oriente Cubano”, ya me dirá el lector que importancia tiene para nuestra patria el desarrollo o no del Oriente Cubano, de eso tendrá que ocuparse el Sr Castro después de haber destrozado Cuba con su famosa revolución, vamos digo yo.
Otra sorpresa mayúscula que nos ofrece el B.O.E. (nº 193, 12/8/2011) es que a la Comisión Andina de Juristas (Región Andina – no sabemos el país-) les “obsequian“con 200.000 euros. ¿Qué hará y para sirve esta Comisión? A lo mejor regulan quien visita esa zona y si usan correctamente sus productos naturales o comprueban si hay movimientos en las montañas andinas cuando tengan la adversidad de sufrir desgracias naturales como terremotos, etc. Quién sabe.
Otro caso que llama la atención y clama al cielo es que al Ministerio de Finanzas de Cabo Verde (país muy interesante, lo que no sabemos es porqué) se le auxilie con la nada despreciable cantidad de 4.000.000 de Euros, con el objeto del “seguimiento sectorial” del Medio Ambiente de ese país. ¿Qué quiere decir “seguimiento sectorial” del asunto en cuestión? Que alguien me lo explique.
No continuo para no cansar a los respetables lectores, pero hay muchos más casos.
Yo creo que para dar y ayudar a otros gobiernos que teóricamente lo puedan necesitar, lo primero es tener. ¿Tiene España dinero para esas asistencias o tenemos que endeudarnos más todavía?
Creo que nos debemos mirar el ombligo y comprobar que lo primero es arreglar la casa propia (paro, empleo, disminución de la deuda, crisis, educación, vías de comunicación, modernización del material para las FF.AA.,s en todo tipo de misiones, farmacias, sanidad, Cuerpos de Seguridad del Estado, ayudas a catástrofes nacionales y una lista interminable de necesidades reales).
Esperemos que el Gobierno controle adecuadamente estos gastos, que por cierto lo pagamos todos los españoles y pidamos a Dios que no conceda más subvenciones extranjeros de “esta importancia”. Si lo hace, estaremos tirando la casa por la ventana.
