Visión idílica del Gobierno
Media España en llamas, y la otra media hipotecada por los desorbitados precios de las viviendas. Todo el Levante sufriendo de sequía, y muchos hectómetros cúbicos de agua yéndose al mar sin que nadie saque ningún provecho…
Cuando en el Congreso se debate sobre el Estado de la Nación, la visión del gobierno suele ser idílica. Si ese debate lo hiciéramos los ciudadanos de a pié, creo la percepción sería muy distinta. La mía es la siguiente: media España en llamas, y la otra media hipotecada por los desorbitados precios de las viviendas. Todo el Levante sufriendo de sequía, y muchos hectómetros cúbicos de agua yéndose al mar sin que nadie saque ningún provecho. Millones de personas manifestándose en la calle por los ataques a la familia, y también pidiendo una educación no manipulada que acabe con el fracaso escolar. El sector agrario en crisis y despoblándose, mientras perdemos las ayudas de la Unión Europea para la agricultura. Y quizá lo peor de todo: una inmigración ilegal que desborda todas las capacidades de acogida, acompañada de tantas muertes como las que producen algunas guerras. ¿Y cómo afronta nuestro presidente la solución a estos problemas? Con sonrisas melifluas, con frases rimbombantes carentes de significado, con promesas que luego no se cumplen, con diálogo solo con quienes le interesa o están de acuerdo con él, y por supuesto con mucho talante. Quizá debe pensar que más importante que los problemas anunciados sea legalizar las uniones homosexuales, facilitar los divorcios, descabalgar a Franco de las estatuas, desenterrar a los muertos, repartir preservativos a los jóvenes, incordiar a los católicos y promover una "Alianza de civilizaciones" que los islamistas se pasan por el forro. Y así vamos.
