Zapatero: “Sé cómo hacer las cosas y cuándo"

Después de leer estas enigmáticas declaraciones del Sr. Don José Luis Rodríguez Zapatero, uno se queda entre estupefacto y paralizado.

Vayamos desglosando la frase para la posteridad (acordémonos de Monterroso):

“Está pensado”

Resulta que nuestro presidente del Gobierno, piensa. Eso es inherente a cualquier ser humano. La pregunta que hay que hacerse es…..¿medita?

Porque si ha pensado, pero no meditado, mal vamos. De hecho durante sus siete años de mandato, no ha parado de “pensar” pero la meditación ha sido desplazada a la cuneta, a la vista del acierto de sus pensamientos.

Pensamientos que han arruinado al país, a su partido y a la confianza en nuestros más excelsos representantes.

Pensamientos que nos han llevado al último puesto de las naciones más desarrolladas, a una economía hundida y, en su etapa final, a la entrada en una guerra que ni los mismos norteamericanos (expertos en las mismas) saben por dónde va a salir.

“Sé cómo hacer las cosas”

Pues menos mal. Porque si no lo supiera, esto sería peor que el terremoto de Japón.

¿Supo cómo hacer las “cosas”, cuándo fue el último de los líderes europeos en admitir la crisis?

¿Supo cómo hacer las “cosas”, cuándo tuvo que ser llamado a consultas, ante la inminencia de un rescate europeo, por el desastre financiero en que nos ha metido?

¿Ha sabido hacer las “cosas”, cuándo (vulnerando sus principios socialistas) ha efectuado el recorte más abismal de derechos de los trabajadores españoles?

¿Sabe cómo hacer las “cosas”, cuándo el 80% de los españoles, claman por su retirada, para intentar regenerar esta democracia totalitaria?

“Y cuándo”

Ahí si dice la verdad. Es totalmente sincero.

Cuándo a su interés le convenga.

No el interés de España o del Partido al que pertenece, o de los millones de parados que nadan en las turbulentas aguas del paro.

Cuándo haya ¡quemado” a todos sus colaboradores que le defienden cómo guardia pretoriana.

Cuándo decida abandonar el bunker en el que se ha encerrado con su plana mayor.

Cuándo encuentre una leve excusa, que le permita salir por la puerta falsa, sin armar mucho ruido.

Cuándo a él, le dé la gana. Sin importarle los ciudadanos, los amigos, los compañeros o el partido. Ahí si que acertará.