Los abuelos son necesarios

Los abuelos son los principales transmisores de los valores de una familia, pudiendo también contribuir a la educación de los nietos por ausencia o incapacidad de los padres.

La festividad de San Joaquín y Santa Ana, padres de la madre de Jesús, es una buena oportunidad para que pensemos en los abuelos. Si no existieran, habría que inventarlos por su contribución a la buena marcha y a la felicidad de las familias.   Baste recordar cuantos momentos felices de nuestra niñez está ligada a nuestros respectivos abuelos. Dan mucho y no exigen nada. Son los depositarios de costumbres y tradiciones familiares, y pilar firme que proporciona solidez y estabilidad ante cualquier tipo de problemas y dificultades. Y sobre todo, con su experiencia y la sabiduría que dan los años, son los principales transmisores de los valores de una familia, pudiendo también contribuir a la educación de los nietos por ausencia o incapacidad de los padres.   Desgraciadamente cada vez son más los nietos que apenas conocen a sus abuelos, a quienes ven solo de tarde en tarde; bien porque los padres están separados y el régimen de visitas que establece la ley no contempla a los abuelos, o porque están "aparcados" en una residencia de la tercera edad.   También los abuelos necesitan de los nietos. Es quizá una de las cosas que dan sentido al crepúsculo de sus vidas y que pueden contribuir a su felicidad. Pero para ello es necesario que los tengan, que los vean con frecuencia y, mejor todavía, si pueden convivir con ellos; aunque solo sea durante el verano.

 

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