Las bailarinas flamencas y los toros de Josep Huguet

El conseller de Comercio, Turismo y Consumo de la Generalitat catalana, Josep Huguet, en aras de potenciar la artesanía autóctona, decide que hay que retirar de las tiendas de "souvenirs" de las Ramblas barcelonesas las pequeñas figuras de bailarinas flamencas y los toros en miniatura. Los toros de verdad ya han sido suficientemente perseguidos por el nacionalismo.   No acabo de entender cómo, para potenciar una cultura, hay que cargarse necesariamente otra. Sin ganas de dar ideas, por la misma regla de tres debería este sujeto prohibir la venta de discos y DVD ingleses y norteamericanos, por ejemplo, pues tampoco son representativos de la música ni del cine catalanes. Más allá de los detalles, la noticia en sí merece el repudio de los que nos consideramos personas normales a las que no molestan la presencia de flamencas, toros, ni sombreros mejicanos que aún adornan esas tiendas.   Si no gustan esos objetos, con no comprarlos, basta. Pero obligar a recortar así la oferta no es sólo ir en contra de los intereses de los comerciantes, que ya deben rotular en catalán sus comercios para evitar las multas del propio Huguet: así demuestra este individuo su paranoia española por la que cualquier persona, animal o cosa con el más tenue aroma español debe ser desterrada de esta "nación" recién inventada gracias a ZP. Este hombre y todos los que como él piensan, tienen que ser, forzosamente, infelices.