Un “desgobierno” de lío
Es difícil comprender cómo el presidente del gobierno de una nación manifiesta, sin sonrojarse, haber dado con ocho fórmulas mágicas para evitar mentar la palabra "nación" dentro de un texto inconstitucional e impopular que, en un verdadero insulto a la inteligencia, se presenta para ser debatido en Cortes. El nuevo estatuto catalán, desde su preámbulo hasta sus disposiciones finales, se ha pergeñado a modo de verdadera "constitución de la nación catalana", pues su articulado obedece al fin último de su creación: la independencia de dicha "nación". No hay más ciego que el que no quiere ver. Si Zapatero afirma que saldrá del Congreso más "limpio que una patena", sólo puede ser porque el texto va a ser modificado de cabo a rabo. Si ese recorte se produce, de nación, nada de nada. El único que sigue creyendo en lo "plurinacional" o en aquello de la "nación de naciones", atajo nacionalista para la independencia, es el propio Zapatero. Hasta la fecha, sabemos de la existencia de los estados federales, e incluso de los Estados Unidos de América, pero pensar en unas "Naciones Unidas del Estado Español", denominación que tampoco acabaría por agradar a los ahora socios de Zapatero, sólo se le puede ocurrir al que nos “desgobierna” desde hace año y medio. Es indudable que nos ha metido en un buen lío, pero tampoco cabe duda de que no sabrá sacarnos de él.
