El fanatismo en el fútbol
No me gusta el fútbol ni lo veo por televisión. Entre otras razones por el fanatismo que demuestran algunos de sus seguidores, sean del equipo que sean. Fanatismo que se demuestra tanto en las derrotas como en las victorias. Jamás he entendido que la euforia del triunfo pueda justificar la rotura de mobiliario urbano y las agresiones o los insultos a los rivales. Me pareció lamentable la actitud de Samuel Etoo, aunque después supo rectificar y pedir perdón. Y si hubo hinchas que le incitaron a decir lo que dijo, como catalán me avergüenzo de ellos.
A pesar de todo me he alegrado de que el Barcelona haya ganado la liga, pues es un equipo de Cataluña que en cierta manera nos representa a todos. También por la satisfacción y contento que ha supuesto para la mayoría de los catalanes. Aprovecho por tanto para felicitar al equipo y a sus seguidores. Y aunque yo no lo haya seguido, entiendo y me parece bien el despliegue mediático que TV3 y otros medios han hecho para informar del evento y sus secuelas. Seguro que ello habrá satisfecho a muchísimos televidentes que no pudieron acudir a los actos de celebración.
Por todo ello no comprendo que hubiera catalanes -así se reflejó en bastantes cartas a los periódicos- a quienes les molestó la cobertura que muchos medios hicieron de la muerte y los funerales de Juan Pablo II, considerándola excesiva, a pesar de que fue un acontecimiento de importancia mundial que interesó también a muchísimas personas, como se demostró sobradamente.
Creo que a todos nos vendría bien un poco menos visceralidad, mayor coherencia y sobre todo pensar en los demás.
