Los impuestos de la enseñanza

Los españoles siempre hemos ido detrás de los curas: "llevando el cirio o pegándoles garrotazos". Tras cuarenta años de nacional catolicismo ahora parece que pintan bastos. Pienso que, una vez instaurado el sistema democrático que tenemos con lo que conlleva de tolerancia y respeto a las libertades de los demás, nada justifica el afán revanchista que manifiestan algunas declaraciones de políticos de izquierda, o las cartas de simples ciudadanos que destilan resentimiento y visceralidad anticlerical, al oponerse a las subvenciones a la Iglesia y a la Religión en la escuela. En cuanto a las subvenciones cualquier persona imparcial es capaz de ver que es mucho más lo que la Iglesia da a la sociedad que lo que recibe de ella. Y en cuanto a la Religión, si hay padres que quieren clases de la misma en los colegios como una asignatura normal, ¿que daño hace a los que no la desean? ¿Acaso no son voluntarias y las pagan también con sus impuestos? Mientras continuemos dando bandazos de un extremo a otro, no creo que pueda decirse que somos un país moderno, progresista y democrático.