No es lo mismo: escuchemos al Consejo de Estado
El Consejo de Estado ha afirmado con razón que las uniones homosexuales constituyen una realidad distinta al matrimonio y requieren por ello un tratamiento jurídico distinto. En el dictamen se dice de forma expresa que "sería preferible una denominación diferente", y se recuerda con precisión el derecho comparado: la apertura del matrimonio a parejas del mismo sexo es "absolutamente minoritaria" en la Unión Europea y en el ámbito internacional. Teniendo en cuenta que el clásico principio jurídico determina que la igualdad ante la ley se aplica a las situaciones que son iguales de hecho, no hay, en definitiva, discriminación alguna si se mantiene en sus propios términos la referencia del artículo 32 de la Constitución al derecho del hombre y de la mujer a contraer matrimonio con plena igualdad jurídica. El dictamen del Consejo de Estado supone, sin duda, un serio varapalo al Gobierno socialista, que ha hecho bandera ideológica de un asunto que no resulta prioritario para la gran mayoría de la sociedad española, y se encuentra ahora con serios reparos de naturaleza técnico-jurídica, pero también concernientes a su opción de política legislativa. No hay duda que este dictamen del Consejo de Estado acerca del anteproyecto de reforma del Código Civil para permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo refuerza el acreditado prestigio jurídico del alto órgano consultivo y deja al Gobierno en una difícil situación. Con ello se aplica una obviedad: que no es lo mismo el matrimonio que las uniones entre homosexuales. Esperemos que esto haga recapacitar al ministro de Justicia y con él a todo el Gobierno, de manera especial a su presidente en calidad de último responsable de las decisiones.
