El puritanismo de ZP y la discapacitada embarazada de seis meses

Señor director: El puritanismo es una forma de religiosidad o ideología por la que se define a sus miembros escogidos como puros, que nunca pecan ni delinquen, cara a la galería, y no necesitan de los sacramentos como la Confesión para la cura de su alma. Con el Gobierno de ZP nos ha llegado una inesperada ola de este puritanismo, pues con los gobiernos de Felipe González no llegaron a tantos actos de puritanismo en trece años como estos en siete meses. Estos progre-paritarios del puritanismo nunca se equivocan ni en sus declaraciones y ni en sus hechos. Por ejemplo, si la Fernández de la Vega -la de la revista Vogue- califica a jueces y curas de "tenebrosos" luego nos dirán que solo se refería a un sector. Si el ministro progre-paritario de Exteriores, Moratinos, acusa a Aznar de golpista en su etapa de Presidente y voz de la Unión Europea, tratará de no rectificar, incluso ocultará una carta desmentidora del golpismo de Aznar del embajador español en Venezuela en esos momentos, para mantener esa acusación tan de estúpidos y de sectarios. Desde este puritanismo se alienta su religión laica, el laicismo, una actitud religiosa ante la vida tan respetable como otra cualquiera, que ahora nos quieren imponer todos estos, como ya muchos han denominado, "nuevos clérigos". Por cierto estos "nuevos clérigos y nuevos obispos y demás jerarquías" están forrados de millones. No ganan las 80.000 o 100.000 pesetillas de un cura católico de pueblo. Además ellos viven en blindadas urbanizaciones, chalets o pisos a todo lujo, que ya lo quisieran para sí el tradicional votante de izquierdas que cobra el PER, o está en el paro, o campesino o jubilado o funcionario humilde. Todos estos "nuevos clérigos y sus jerarquías" nos predican a destajo contra nuestras tradiciones, contra la asignatura de Religión, contra los "curas y jueces tenebrosos", en definitiva, contra los valores, instituciones y personas garantes de nuestras tradiciones occidentales humanistas cristianas, derechos -jueces- y libertades de religión, de pensamiento, de conciencia. Por cierto, estos días de Navidad están empeñados en que la discapacitada asturiana embarazada de más de seis meses aborte, frente a muchas personas que se han ofrecido dispuestas a quedarse con el niño. Yo conozco un caso similar ocurrido en Andalucía, donde el niño fue acogido como lo que es, otro más de la familia de la madre, y está ahora cursando la ESO, y su madre es discapacitada, y el padre desconocido. ¿Por qué se plantea en esta sociedad de predominio progre-puritanismo si ese niño tiene derecho a la vida? Frente a esto están las enseñanzas del humanismo: no hay razones para legitimar la muerte de un inocente. Sí a la vida de ese niño nonato.

 

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