Cuando las vidas y los autobuses chocan
Ayer fue un día intenso y movido en Navarra. En la calle chocaban autobuses urbanos, y en el Parlamento foral con el apoyo del PSN se volvía a hablar de abortos y de modificar la ley del Vascuence.
Mientras, en un centro comercial de Pamplona, dos madres apurábamos unas compras, salíamos juntas y una tomaba una villavesa y otra seguía media hora más de tiendas. La primera era Idoya Saralegui, madre de dos hijas y exconcejal de Izquierda Unida en Navarra. La otra era yo, madre de cuatro hijos y vocal del Foro Navarro de la Familia.Nunca hemos hablado Idoya y yo, pero así es la vida, ayer compartimos compras e incidencias y eso de la maternidad une mucho y espero sinceramente que se recupere ella y los demás afectados cuanto antes.
¿Por qué cuento esto? Porque lo que se estaba debatiendo en el Parlamento navarro ayer, tampoco nos es indiferente a ningun navarro y desde luego a ninguna madre. Porque aún tengo muy presente la Iniciativa Legislativa Popular que se debatíó hace unos meses para crear una Red de apoyo a las embarazadas y que sólo fue apoyada por UPN y CDN.
Porque echo de menos a mujeres que proclamen el valor de la vida y de la maternidad y que se apoyen unas a otras sea cual sea su partido político. Porque conozco mujeres que defienden su derecho a tener a sus hijos y a ser protegidas y amparadas en sus embarazos, mujeres que saben que no nos son indiferentes al resto de la sociedad. Echo de menos que se oiga la voz de muchas mujeres que quieren que sus hijos sean educados en su lengua materna sin que se nos impongan ni mapas, ni zonificaciones.
Y busco a personas que bajen la tensión y compartan y alivien los verdaderos dramas.
