Dejad de hormonar a nuestros hijos

Concentración a favor de la ley de transexualidad ante el Congreso de los Diputados (Foto: Eduardo Parra / Europa Press).
Concentración a favor de la ley de transexualidad ante el Congreso de los Diputados (Foto: Eduardo Parra / Europa Press).

Suecia fue el primer país del mundo en autorizar jurídicamente el cambio de género hace ya 50 años, en 1972. Esta medida abrió además el camino para que los costes de la reasignación de género fueran asumidos por su seguridad social. Sin embargo, en los últimos meses el país nórdico ha decidido rectificar decisiones recientes y ha suspendido los tratamientos hormonales en menores de edad ya que, según las autoridades suecas, estas terapias han causado déficit de atención, autismo o problemas de alimentación en los jóvenes, entre otros múltiples desórdenes. Además, por supuesto, del altísimo riesgo de arrepentimiento posterior, ya destacable porcentualmente en aquellos que pasaron por el proceso en los últimos años. 

Gran Bretaña ha seguido el mismo camino, en una decisión que casi causa una crisis constitucional. Escocia había aprobado en su parlamento una ley que rebajaba de 18 a 16 años el derecho a optar al cambio de género, sin necesidad de presentar un informe médico que avalase una disforia de género. Ante esta situación, el gobierno británico ha vetado la norma tras una valoración “minuciosa y cuidadosa de todos los consejos relevantes y las implicaciones políticas”. De este modo, el ejecutivo ha impedido que el proyecto de ley en Escocia sea ratificado.

En España, como -casi- siempre, la ideología y el populismo han primado sobre el sentido común e incluso sobre la seguridad y salud de los ciudadanos (véase como ejemplo la ley del “solo sí es sí”). Aquí, la ley trans fue respaldada hace pocos días por una amplia mayoría del Senado (PSOE, Unidas Podemos, Más País, ERC, PNV, EH Bildu, Compromís, Junts… los de siempre). Estamos ante una norma que permite el cambio de sexo sin informes médicos ¡desde los 12 años! y que ni siquiera comparten los altos cargos del Gobierno (Carmen Calvo se opuso frontalmente a su aprobación y se abstuvo en la votación, saltándose la disciplina de voto del PSOE en el Congreso). Pero que, mientras en Europa es anulada, aquí es aprobada bajo la falsa bandera del feminismo.

La asociación AMANDA (Agrupación de Madres de Adolescentes y Niñas con Disforia Acelerada) lleva tiempo alertando de que esta ley puede provocar decisiones apresuradas y erróneas. Recalcan que “no hay que precipitarse en las operaciones de cambio de sexo”, especialmente en edades tempranas, como solución a problemas cuya causa a menudo radica en otras razones. ¿Suena coherente, verdad? Al parecer, no para quienes nos gobiernan.

Dejad de querer hormonar a nuestros hijos. Cuando sean adultos, ellos decidirán lo que quieren hacer con su vida y, por tanto, con su identidad. Pero no os aprovechéis de ellos para hacer política. Ellos no os han votado. Dejadles tranquilos.

Miguel Ángel Rodríguez Caveda es periodista, ganador de tres premios Emmy y presidente de la agencia internacional de comunicación 3AW.

 
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