Ferrovial abre la veda

Ronda de llamadas de Moncloa a periodistas para trasladar que “Pedro Sánchez no va a coger el teléfono nunca más a Rafael del Pino”.

La noticia de la semana pasada ha sido, con permiso de los puteros del PSOE (nada nuevo bajo el sol, no llego a entender por qué la gente se sorprende tanto si llevan ya media docena de escándalos similares), la de la inminente salida de Ferrovial de España. Un perfecto ejemplo de la incapacidad del Gobierno para gestionar a los generadores de riqueza del país que, por supuesto y le pese a quien le pese, son las empresas. Y una muestra más del desconocimiento del ecosistema empresarial por parte de quienes nos gobiernan. Sus declaraciones son de primero de populismo. Una pataleta indigna de alguien con dos dedos de frente. De vergüenza ajena.

Ferrovial se va a Holanda. Y cotizará en Estados Unidos. Para Yolanda Díaz “es una indignidad que una empresa española huya a otro país simplemente por razones fiscales”. El problema es que Yolanda miente. Los Países Bajos no tienen condiciones fiscales mejores, en realidad son ligeramente peores. El impuesto de sociedades de Holanda es de un 25'8% mientras que en España es del 25%. Lo que no comenta la vicepresidenta segunda es que gran parte de las inversiones extranjeras en la Unión Europea se canalizan a través de sociedades radicadas en Países Bajos, por lo que es un régimen adecuado para holdings internacionales y óptimo para preparar una salida a bolsa en Norteamérica.

Tampoco contempla la ministra que la inseguridad jurídica provocada por leyes como la doble tributación o la subida constante de impuestos en España son factores de riesgo para cualquier empresa, pero más aún para las que quieran emprender el camino de Ferrovial en los mercados bursátiles. 

Ione Belarra, a quien no se le conoce experiencia alguna en el sector privado, ha tachado abiertamente a Ferrovial de “empresa pirata”. Al mismo tiempo, y sin pensárselo dos veces, Pedro Sánchez ha mandado un “recadito” al presidente de Ferrovial, Rafael del Pino, diciendo que “la patria no solamente es hacer patrimonio”. Por supuesto, es de entender que Sánchez hablaba sin saber que Ferrovial tiene casi todo su negocio en el extranjero, que sus accionistas también son mayoritariamente no españoles y que incluso si Del Pino cambiase su residencia fiscal a título personal no ahorraría nada, pues en Holanda pagaría lo mismo. Eso sí, lo pagaría allí, no aquí. Y esto sí es un problema, porque abre la puerta a otros que tuvieran dudas de hacer lo mismo.

Ferrovial ha abierto la veda. Pero teniendo en cuenta que la primera reacción del Gobierno ha sido amenazar con “actuar” y “legislar” para que estos movimientos no puedan darse, en lugar de replantearse su estrategia de asfixiar a las empresas, no será la última. Veremos quién es el siguiente.

Miguel Ángel Rodríguez Caveda es periodista, ganador de tres premios Emmy y presidente de la consultora internacional de comunicación 3AW.

 
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