La incompetencia de Montero, la mejor arma de los violadores
Los datos son escalofriantes. Esta semana los medios se hacían eco de que el número de agresores sexuales que se han beneficiado por la ley del “solo sí es sí” ha rebasado ya los 400. Todos ellos han visto rebajadas sus condenas gracias a la ley estrella de la ministra Irene Montero. En algunos casos se trataba de penas que estaban en firme, y se han revisado a la baja. En otros, eran condenas en fase de recurso ante tribunales superiores o incluso ante el Tribunal Supremo. Todos los agresores, todos, han salido ganando. Y atención: en más de 30 casos estas rebajas han supuesto la excarcelación inmediata de los condenados por agresión sexual. Si esto no es suficiente para que una persona dimita, que baje Dios y lo vea.
La desfachatez de Montero no tiene límites. Forzó la aprobación apresurada de una ley sin pies ni cabeza con la supuesta meta de defender a las mujeres. Pero su incapacidad y la de su equipo le hizo preparar un texto que en realidad defiende a los agresores. La Ley de Garantía de la Libertad Sexual es la mejor arma de los violadores para recortar sus sentencias. Esta afirmación se basa en hechos, no en opiniones. Y, por tanto, no es discutible.
Ante los apabullantes hechos Montero, como si no fuera con ella, se ha negado repetidamente a dimitir alegando, entre otras barbaridades, que los jueces que aplican su ley son fascistas. Ojo, no los que no la aplican: los que sí lo hacen. ¿En qué la convierte eso a ella?
Al final, la enorme presión ha hecho que Montero declare que está dispuesta a reformar la ley. Como era de esperar, lo ha hecho con la condescendencia de quien está haciendo un favor, y por supuesto sin reconocer su responsabilidad ante el desastroso resultado. Pero hasta hace dos días hacía oídos sordos a las críticas. A su incapaz de reconocer el tremendísimo error cometido se unía su soberbia, su enervante incompetencia y su perenne complejo de persecución. Visto lo visto, es imposible no recordar una y otra vez que esta señora es ministra por el único mérito de haber parido a los hijos de Pablo Iglesias. Porque evidentemente no está en absoluto preparada para el cargo.
Las consecuencias legales y sociales son terribles. Pero las políticas serán igualmente duras. Y es que según una encuesta publicada el pasado fin de semana, cuatro de cada diez ciudadanos culpa directamente de la aplicación de la ley a Pedro Sánchez, aunque ésta haya salido del ministerio de Igualdad. Esperemos que las urnas pongan a cada uno donde merece. Y que no sea demasiado tarde.
Miguel Ángel Rodríguez Caveda es periodista, ganador de tres premios Emmy y presidente de la agencia internacional de comunicación 3AW.
